XXVII

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Después de que Tae dejara de forzar la puerta, Yoongi se permitió soltarla, ya estando seguro de que el chico no iba a escapar de sus deberes, miró a Jimin y ambos asintieron como buenos cómplices, notó al menor temblar por el frío, tomó la toalla (que había caído mientras sostenían la puerta) y lo envolvió de forma media apretada, parecía un burrito.

—Creo que estarán un rato— comentó—. ¿Quieres ir a la cabaña?

Jimin asintió.

— Te traeré ropa, ya vuelvo— dijo el rubio, su novio dejó un rápido beso en su frente antes de salir rumbo a la cabaña abuscar una muda, ya que la del pelinegro estabadentro del area de la piscina.

Con un suspiro cansado, Jimin fue hacia los cambiadores, para sentarse en una de las sillas de los cubículos, no sabía porqué, pero sentía sus oídos pitar y su cabeza parecía palpitar, en dolores momentáneos.

Deseó que no se estuviera enfermando otra vez, hacía mucho que no tenía problemas con su cabeza, y que no sufría sus dolores y fiebre,  quería que siguiera así.

No se dió cuenta cuando la puerta del baño se abrió, y se sorprendió cuando Yoongi lo encontró en el cubículo, cargando su ropa.

— Tranquilo, soy yo— sonrió, dándole las prendas.

El chico mudo las tomó, y dió una mirada a Yoongi , quién tenía los ojos atentos puestos sobre él.

— ¿Te pasa algo?— preguntó, notando la actitud del chico, más apagada.

Jimin negó, pero señaló su cabeza, luego acercó su dedo índice al pulgar, en una seña, simplificado el mensaje para Yoongi, quien tardó unos segundos en procesar.

— ¿Te duele un poco la cabeza?

Jimin asintió, no pudo evitar sonreír, le ponía contento que su novio lo entendiera.

— ¿Quieres ir a la enfermería?

Jimin negó.

— Bien, pero si luego te sigues sintiendo mal te llevaré.

Jimin rodó los ojos, no quería exagerar, esperaba que el dolor se fuera solo.

Yoongi lo dejó para que se cambiara cómodo, su novio era reservado en el tema de la desnudez incluso con él, y cuando terminó, Jimin señaló a sus pies descalzos.

— Sabía que se me estaba olvidando algo— murmuró, no le había traído zapatillas al pelinegro.

El rubio se volteó, flexionando un poco sus rodillas, invitando a Jimin que subiera a su espalda, y el otro no tardó en hacerlo, cargando al chico mudo así mientras estelo abrazaba por le cuello con una sonrisa tierna, salió del lugar, yendo hacía la cabaña.

Al llegar, lo primero que hizo el chico mudo al bajar fue dirigirse hacia su cama, pero Yoongi lo detuvo, para apoyar su mano en su frente, hizo una mueca.

— Puede que esté un poco alta, no estoy muy seguro— murmuró, dejándolo ir.

Jimin se acercó a la cama, pero antes de acostarse, invitó a Yoongi a estar con él, el mayor no pudo negarse, y luego de unos minutos, con el pelinegro en su pecho mientras él acariciaba sus cabellos, ambos habían caído en un silencio pacífico.

Luego de un rato, Jimin terminó por dormirse, escuchar los tranquilos latidos del corazón de Yoongi lo habían llevado al sueño, el rubio no se había dado cuenta de ello hasta que comenzó a escuchar los murmullos.

Se preguntó porqué no los había escuchado antes, hacía años que tenían una relación (de amistad, y luego romántica), sí eran algo bajos de vez en cuando pero eran bastante notorios.

Love me, Mute (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora