ℕ𝕖𝕨 𝕃𝕚𝕗𝕖 |𝔑𝔦𝔪𝔬𝔫𝔞

𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚑𝚎𝚛 𝚃𝚠𝚎𝚗𝚝𝚢-𝚃𝚑𝚛𝚎𝚎

"Ⓟ︎Ⓔ︎Ⓞ︎Ⓟ︎Ⓛ︎Ⓔ︎Ⓢ︎ Ⓞ︎Ⓝ︎ Ⓣ︎Ⓗ︎Ⓔ︎ Ⓦ︎Ⓞ︎Ⓡ︎Ⓛ︎Ⓓ︎".

["Because I'm Awesome"]

⍟

[Anteriormente]

-¿Pero a dónde irás? ¿con quién irás? ¿podemos hablar un poco? -sin embargo, el otro padre estaba preocupado y con la mirada normal para Ambrosius y luego una fija para el supo que si se trataba de ellos dos.

-Ya te dije que no tengo tiempo para preguntas no importantes.

-Esas preguntas si importan. Nimona, por favor, sé que algo te pasa: Te conozco mejor que nadie. Por favor, ¿podemos tan si quiera hablar un poco? Me importas y-- el golpe brutal que dio contra una de las paredes lo calló por completo y más ver qué en gorila, esta se acercó brusca a él. El solo se paralizó un poco sin quitar lo preocupado en su rostro.

-¡¿"Importante" yo? ¿Tan importante como todos esos desayunos?! -estaba modo agresiva- ¡Me peleaba con osos para traerte todo al modo natural: dormía poco por tratar de planetar todo tu entrenamiento y darme tiempo para ser la clase de chica que ustedes desean y necesitan. He pensando en todo aunque no lo parezca. Intento cambiar un poco para favorecerles la existencia pero lo único que me dan a cambio es alejarme de sus vidas y hacerme sentir que...que nada de lo que hago importa porque sencillamente soy solo una más de su juego. Un peón, un peón enemigo que necesitan de su lado por razones que ignoro. Todos estos días me han hecho a un lado y me he hecho aún lado pensando que es importante. Yo no les restregaría lo que he hecho para ustedes pero ustedes me lo están dejando muy difícil. Intenté, intenté e intenté hacer las cosas bien y---! -gruñó un poco y con el sentir de tener palabras aún atoradas, tragó saliva algo tensa y los vió algo tensa aún- ...Ahora no importa.

La chica llegó a alejarse un poco después.

-¡E-espera!: ¿Al menos te llevamos a dónde irás? -Ambrosius no sabía casi nada de lo que ocurría, y solo esperaba estar bien con ambos.

-No. Y no me esperen. -quizá fue la última vez que la verían por un tiempo: La vieron correr como un lobo salir del lugar.

-¡No, espera! -Bali fue tras ella y al doblar la esquina.

Ya no había rastro de ella.
Quedó parado y su esposo fue en reversa por este.

Sin decirse nada, Ambrosius lo abrazó, ayudándolo a entrar al auto, apoyándolo.

-Tranquilo, solo necesita tiempo...