Chapther Forty

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"The Voice"

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[Muchos años antes]

Su visión estaba borrosa.
Solamente oscuridad la rodeaba. Oscuridad, y a lo lejos, una llama apareció, iluminando el lugar .

Una mujer pelorubio y chino sostenía aquella flama en una antorcha que sostenía, mientras salía de algún tipo de agujero.

-¿Puede ver algo, su majestad? -Una voz femenina. Su primera dama, se encontraba desde lo bajo, en un bosque oscuro por aquella fría noche.

-¡Sí!
-¡¿Requiere más tropas?!
-¡No. Lo haré yo misma!

Estaba sola.
Aquella mujer se levantó, sacudiéndose un poco.
Sobre las paredes, se deslizaban telarañas, polvo y el entorno húmedo llegaba a sofocar a cualquiera como para estar por más de quince minutos.

Caminaba, observando varios rasguños y dibujos, que ahora estaban siendo replicados por ella misma en pergaminos. También tomaba muestras de huellas plasmadas sobre la tierra de aquella gran cueva que la rodeaba.

-Uhm... -Terminó de plasmar otro dibujo. Tomó la antorcha nuevamente y se dirigió a la salida.

Al salir, entregó aquellos pergaminos. Contestó algunas preguntas, y algo decepcionada por no encontrar lo que buscaba, caminó un poco hacia un pozo cercano.
Bajó su mirada, reflejando tristeza y cansancio que podía verse por el reflejo de agua.
Aquella pelicastaño, su mano derecha, caminó hacía ella.

-¿Le ocurre algo, su majestad?
-No necesitas decirme así cuando estamos las dos, ¿recuerdas, Judi?
-Perdón. Es más...formal -Judi llegó a acercarse más, notando el rostro de aquella rubia.- . Y noto que te pasa algo. ¿Estás... Pensando en... Ella?
-¡Ja! Eso es imposible -soltó una carcajadas, dónde su contraria de percató de su cansancio y sonrisa fingida. -. Recuerda que es algo prohibido en todo el reino. Serían tonterías que...- fué interrumpida.

La pelo castaño llegó a colocar una de sus manos donde el corazón de la otra.
La rubia calló abruptamente, llegando a solamente soltar un chillido pequeño, mostrando aquellos ojos cansados, algo sorprendidos y su sonrisa se convirtió en seriedad sorpresiva.

-Cierra la boca, Gloreth. Ambas sabemos más que nadie que tú adoras a esa chica más que nadie en este reino.
-¡No! No la amo. No puedo, tú lo sabes. Tengo a todo un Reino que proteger de...
-Entonces dilo.
-De...
-Dilo.
-Tu sabes a lo que me refiero.
-Dilo. Ten coraje entonces. Si realmente le odias, dilo.
-...Te odio. -Su contraria sonrió victoriosa.

-También te quiero.
-Deberíamos irnos. Es tarde.
-Pero...
-Sin peros. Tenemos algunas excursiones que realizar mañana a primera hora.

A pesar de ello, Judi siguió molestando un poco a la rubia. Avanzaban tranquilamente.

Esa voz.

Esa voz de ensueño y tranquilidad atrajeron la concentración de aquella rubia que frenó en seco.
Era un canto sin igual; armonioso y mágico.

-¿E-escuchas eso..?
-¿Escuchar que, su majestad?

Solamente ella podía escucharla.
Una ráfaga de viento las envolvió, tirandolas contra el suelo, dónde una fuerza sobrenatural tomó los pies de la dama y se la llevaba a toda marcha.

-¡Woah: ayúdame, Gloreth!~
-¡Judi!

Aquella peli rubia corría lo más veloz que podía, ordenando a guardias que le apoyaran, siendo estos rápidamente arrojados a lagos y árboles cercanos.

ℕ𝕖𝕨 𝕃𝕚𝕗𝕖 |𝔑𝔦𝔪𝔬𝔫𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora