Capítulo 17 Su padre

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EREN

Ella se hallaba tendida de espaldas al colchón con los ojos cerrados. El cabello negro se desparramaba hasta casi rozar el suelo por uno de los bordes del colchón. Una mascarilla quirúrgica cubre su nariz y boca. En una mano una de las pruebas y en la otra un bolígrafo.

- ¿Melia? - digo acercándomele preocupado -

Sus pestañas aletean hasta que abre los ojos y se incorpora lentamente en la cama. Se le ve aún más pálida, cuando pensé que sería imposible; y sus ojos negros lucen apagados.

- ¿Estás bien? - pregunto tocándole la frente, la fiebre está de vuelta - Tienes fiebre otra vez. - digo - ¿De dónde sacaste esa mascarilla?

- Mi padre es traumatólogo. - dice con la voz carrasposa - Una mascarilla quirúrgica es lo menos que puedo tener. -

Elevo ambas cejas sorprendido.

- He comenzado a toser y... - se detiene para sorber la nariz - También a expectorar. No quiero contagiarte.

Mira hacia mi madre en silencio durante más de lo necesario.

- Disculpe si no le he podido atender. - susurra - Vuelva otro día en que me encuentre mejor y podemos intercambiar criterios sobre su fantástico hijo. ¿Le parece?

- ¿Qué tipo de criterios?

- Los que usted desee. - responde Melia sugerente -

- Mejor no. - intervengo nervioso -

- Muy bien. - acepta la invitación - ¿Un consejo? - Melia asiente con la cabeza - Deberías sudar la fiebre. Ya sabes, algo que evapore todo ese calor que llevas por dentro. - me mira - Haré que Eren me mantenga informada sobre tu estado de salud. Come bien, mantente hidratada y ve al médico.

- Sí señora. - acepta haciendo un lento saludo militar - Llamaré a mi médico cabecera inmediatamente.

- Un placer conocerte linda. - sonríe sinceramente mi madre arrojándole un beso desde lejos -

- Igualmente. - corresponde Melia agitando una mano en señal de despedida - Gracias por el cocimiento de hierbas. Tomaré todo el que preparó.

Acompaño a mi madre hasta la puerta de salida en silencio. Una vez allí ella se cuelga de mi cuello y me da un abrazo feroz.

- Llámame por favor. - pide -

Besa mi frente y se marcha.

Cuando regreso al dormitorio mi chica continúa acostada, solo que esta vez de costado, y con los ojos cerrados. Me apoyo en el marco de la puerta a verle. Esta percibe mi mirada y abre los ojos lentamente.

- ¿Te gusta la vista? - bromea -

- No tienes idea de cuánto. - respondo - Supongo que...al final no voy a tener mi beso. - ella niega con la cabeza - ¿Te gustó mi madre?

Pregunto sentándome en la cama.

- Mucho. Es estupenda. - responde ella colocando la cabeza sobre mis piernas - Tienes mucho de ella.

- El pelo, los ojos, el mismo sentido del humor. - agrego mientras peino con los dedos la cabellera de ella -

- La misma lengua viperina. - agrega -

- Mucho que te gusta.

- Cierto...

Una tos repentina le asalta. Palmeó su espalda suavemente hasta que la crisis pasa.

- Ya vez por qué necesito una mascarilla.

- Exageras. - opino - ¿Por qué no intentas bajar la fiebre tomando un baño de agua tibia? - ella asiente con la cabeza - Mientras tanto yo prepararé de comer. - hace un mohín de protesta que rayaba en el berrinche - Será ligero, lo prometo. Te va a gustar.

Amor entre letras [PGP2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora