Capítulo 06 Consuelo y castigo

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AMELIA

De pie frente a la puerta del salón tomó una fuerte bocanada de aire y me doy ánimos a mí misma antes de entrar. Empujo la puerta y camino hasta el interior.

Él no está dentro. Como tampoco el acostumbrado corazón de tiza en un extremo del pizarrón. Impaciente, espero por el timbre que da inicio a la clase, pero él no llega durante ni después.

Mejor. Pienso aliviada. No estoy preparada para enfrentarle. Ésta ausencia suya, lejos de molestarme como lo hacían las anteriores, me conforta.

Al terminar la clase veo como mi segundo mejor estudiante se separa de su grupo de amigos y se me acerca. Sus ojos color aceituna que siempre son amables, hoy son esquivos. Se le ve sumamente nervioso. Y no pasé por alto que estuvo toda la clase desconcentrado e incómodo mirando hacia la puerta de salida.

- Profesora Amelia... – susurra –

- ¿Vas a excusarle? – le interrumpo –

- No...yo...él debe tener una razón más que razonable para ausentarse a clase. – arqueo una ceja – No le estoy excusando...bueno sí, pero es que él...

- No le pondré ausente al turno. – le veo suspirar aliviado, lo cual llena mi corazón de calidez – Eres muy buen amigo. ¿Sabías?

- Lo intento.

***

La ausencia de ayer me pareció perfecta. ¿Hoy? Hoy ya estoy comenzando a irritarme.

Tendremos una conversación en presencia del director, sí. Eren necesita un escarmiento fuerte, al menos una pequeña charla intimidadora que le haga entrar en razón. Algo discreto. No quiero que su magnífico expediente estudiantil se vea afectado y menos que se esparzan rumores sobre sobre nosotros, sobre mí. Froto mi frente, todo este asunto me está provocando una jaqueca.

Al preguntarle a David este duda un poco antes de responder. Y cuando lo hace no me mira a los ojos.

- Él...tiene una crisis de asma.

- ¿Asma? – dudo, nunca le he visto a Eren ni con catarro común – ¿Seguro?

- Sí. – reafirma sin titubear esta vez – Desde la noche de ayer estuvo manifestando falta de aire y hoy continuaba en las mismas condiciones.

- Muy bien. – acepto sin creerse una sola palabra – Recuérdele que debe hacer llegar el certificado médico para justificar las ausencias.

- Lo haré.

***

- ¿Bronquitis? – expongo mortificada ante el certificado médico que tengo entre las manos – Pensé que tenía asma.

- Me confundí. – alega David en defensa propia –

- Ya. – finjo no haber leído el mismo apellido de David en el cuño del médico que acreditara el papel – ¿Por qué tardó cuatro días en enviarlo?

- Eren...no me permitía visitarle para evitar un contagio. – otra mentira más –

- Supongo que ya debe estar mejor. – me mira confundido – Ya te permitió visitarle. – digo agitando el papel en el aire – ¿Crees que se pueda presentar a hacer el examen?

- No creo. – responde con la mirada algo perdida –

- Bueno. – dejo escapar un suspiro – Supongo que este año aplicaré un examen diferenciado para enfermos.

***

Llego hasta las mesas ubicada en la sección de literatura inglesa de la Biblioteca donde se encuentran estudiando una sesión de mi grupo de último año.

Amor entre letras [PGP2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora