Capítulo 14 Celos

25 1 4
                                    

EREN

Dos horas después, corro desesperadamente hacia la cátedra de Literatura.

Una rápida mirada me hace descubrir que el lugar está vacío, pero un delicioso olor a coco circundante en el aire pone mi piel de gallina. Camino hasta el cuarto del fondo donde se encuentra la Biblioteca privada del local.

¡Ahí está!

Ella gira para verme de pie en la puerta. Siento como me come con los ojos, su mirada me acaricia sensualmente. Hoy cambié mis colores típicos por negro, sé que me hace lucir más adulto e imponente, intimidador. Esbozo una sonrisa torcida y veo como el pecho de ella sube en un respiro profundo.

Avanzo cerrando la puerta tras de mí. Ella no se mueve ni un centímetro, se queda inmóvil, esperando, hasta que mi cuerpo está junto al de ella, llevo una de mis manos a la base de su cabeza y cierro el puño en torno a su pelo para tirar de él con suavidad, acercando sus labios a mí boca.

Nuestros labios se rozan y cierro los ojos cuando la lengua de ella se abre paso dentro de mi boca. Me rodea con los brazos y le devuelvo el beso, liberando noventa minutos de ansiedad y tensión en este beso, tomando posesión de ella con mi lengua, volviendo a conectar.

Sostengo su rostro con ambas manos e incremento la fuerza del beso. Siento como desliza una mano bajo la camiseta y asciende suavemente por toda mi espalda y la otra mano, alborota mi pelo y entierra los dedos, tirando de él; para después castigarme con una mordida fuerte que me provoca cierto dolor, pero al momento mima con un lametón y otro beso más intenso, tomando posesión de mis labios, lengua...mientras presiona su escultural cuerpo contra mi entrepierna.

- Melia... - susurro -

Le vuelvo de frente a una estantería repleta de cuadernos y libretas organizadas por colores.

Llevo mis manos hasta los pechos de ella por encima del vestido camisero. No lleva sostén, solo un top de hacer ejercicios. Perfecto. Acaricio sus pezones con los pulgares, ella gime y arquea la espalda, apretando los pechos contra mis manos, llenándolas.

Pellizco sus pezones entre los pulgares y tiro de ellos suavemente una y otra vez, deleitándome al notar cómo se endurecen y agrandan.
Ella cierra los ojos y se revuelve frotando su trasero perfecto contra mi erección. Gime y apoya la cabeza sobre mi hombro.

Llevo mis manos hacia abajo hasta alcanzar el borde del vestido, deslizo una pierna entre las suyas y las separo sin dejar de guiar mis manos hasta su ropa interior. Bajándola lentamente mientras rozo muy a propósito entre sus piernas. Gime en respuesta mientras su cuerpo se retuerce.

Sonrío divertido. Le rodeo con los brazos, apoyo la frente en su espalda y me deshago del cinto y el zíper de mis jeans negros. Vuelvo a sus pechos, masajeándoles, una y otra vez, apretando, acariciando y excitándole. Todos los pelos de su cuerpo se ponen en punta cuando muerdo su cuello suavemente y empiezan a temblarle las piernas.

Tiro de sus cabellos para acercar mis labios a los suyos. Le beso, devorando su boca, deleitándome con su sabor: café fuerte y deliciosa, deliciosa Melia.

Ella jadea fuerte cuando le sujeto por las caderas, le levanto y tiro de ella hacia atrás.

Le siento contener el aliento, mientras le penetro rápidamente. El aire escapa de mis pulmones entre los dientes con un leve silbido.

- Joder. - maldigo ante el placer tan inmenso -

Me retiro un poco y vuelvo a entrar en ella, despacio, disfrutando de hasta el último centímetro de ella, que gime y empuja contra mí.

Melia se aferra a uno de los estantes mientras aumento el ritmo; le sujeto las caderas con más fuerza y la embisto más y más deprisa. Le deseo tanto, pero tanto.

Amor entre letras [PGP2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora