4.2 | in the void

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iv

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iv. i hate who i was before

Desde que se habían llevado a Grace, Thomas no había podido dejar de pensar en ella constantemente.

Creyó que volvería después de la cena, y casi saltó de su asiento cuando un guardia se había aproximado a su mesa, pensando que tendría posibles noticias de ella. Pero su emoción duró un mínimo segundo cuando el hombre tan solo les comunicó que los escoltaría hacia lo que sería su dormitorio.

La decepción y la frustración se entrelazaron en el pecho de Thomas, nublando momentáneamente su visión. La realidad de no tenerla cerca comenzaba a abrumarlo.

Una vez que se detuvieron frente a una gran puerta de metal, un zumbido y una liberación de aire resonaron en cuanto el guardia la abrió, haciéndose a un lado para que pudieran pasar.

Al cruzar el umbral, se encontraron con una amplia habitación que se abría ante ellos. Había varias literas alineadas contra las paredes, cada una con su correspondiente colchón y sábanas dobladas con precisión militar. Los casilleros se alineaban del otro lado con cerraduras metálicas, un lavamanos en un rincón. No había ni una mísera ventana.

Otras comodidades completaban el espacio, detalles en los que Thomas, a diferencia de sus amigos, aún no había tenido el interés de fijarse.

Después de la gris monotonía del Área, era como si estuvieran en medio de un arco iris. Al contemplar las camas y las cómodas bien hechas y en buen estado, la sensación de normalidad resultó abrumadora. Demasiado bueno para ser verdad.

La voz de Sartén resonó en un tono ligero mientras se dirigía hacia una de las literas.

—Uh, quiero la de arriba —murmuró, comenzando a subirse por la pequeña escalerilla.

Sin embargo, su intento de reclamar la cama superior fue interrumpido abruptamente por Minho. En un movimiento veloz, el asiático se lanzó hacia arriba, usando la cama de abajo como trampolín, y aterrizó en el colchón superior antes de que Sartén pudiera siquiera moverse.

El gesto audaz fue seguido por una mirada burlona de Minho dirigida al cocinero.

—Demasiado lento —le dijo con un toque de diversión en su voz.

Por otro lado, Winston se dejó caer con satisfacción en la parte inferior de una litera diferente, como si estuviera probando una cama de lujo. Un suspiro de comodidad escapó de sus labios mientras se acomodaba en el colchón.

—Podría acostumbrarme a esto —declaró relajado.

—Sí, no está mal —contestó Newt, echándole un vistazo al lugar.

Sin embargo, a Thomas le costaba sentirse alegre, había algo allí que no tenía sentido.

El ruido de la puerta cerrándose detrás de ellos los hizo voltear. Se oyeron unos cuantos engranajes girar entre sí, indicándoles que había sido sellada herméticamente.

𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇𝐋𝐘 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒, tmr thomas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora