"𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠𝐬 𝐝𝐢𝐝 𝐡𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 𝐡𝐞𝐫𝐞, 𝐧𝐨 𝐬𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 𝐰𝐨𝐮𝐥𝐝 𝐢𝐭 𝐛𝐞..."
Tras evadir las paredes del Laberinto, Grace creía estar a salvo de las garras de CRUEL. Sin embargo, su refugio en un nuevo comple...
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v. i hate you for what you did and i miss you like a little kid
Habían pasado unas tres horas, o eso creía Grace. Había empezado a dudar del seguimiento del tiempo, lo que estaba totalmente basado en su viejo instinto como Corredora. Trataba de adivinar lo mejor que podía el momento en el que había caído la noche, pero se le hacía imposible.
La habitación había quedado echa un desastre, como si un huracán hubiese pasado por allí. Después de su conversación con Janson, la rubia se había esmerado en romper todas las cosas que tenía a su alcance, un intento por acallar la ira que sentía.
Y porque quizás así, el escándalo que hacía los irritaría de alguna forma. Ya no le importaba lo que le pudieran hacer. Janson mismo se lo había dicho; ellos estaban afuera y ella totalmente encerrada.
Tenía la sensación de que con cada minuto que pasaba, dentro de ella se producía un enojo creciente, tan intenso que en ocasiones se encontraba temblando incontrolablemente antes de encaminar la rabia y volverla a guardar. No quería que se fuera para siempre, sólo deseaba guardarla y dejarla construirse. Esperar el momento adecuado, el lugar propicio, para finalmente liberarla.
CRUEL le había hecho todo eso. Había tomado la vida de ella y la de sus amigos y las estaba usando para cuales fueran los propósitos que consideraran necesarios. Sin importar las consecuencias.
Y por eso, tendría que pagar. Grace se juraba eso con cada segundo que pasaba. Todo eso pasaba por su mente mientras estaba sentada en el suelo, con la espalda apoyada en el escritorio derribado, de frente a la puerta.
Pensó en sus amigos, Minho, Newt, Sartén, Winston, Teresa y los pocos otros habitantes del Área que habían venido con ellos. Pero por encima de todos, su mente se centró en Thomas. Era imposible sacarlo de sus pensamientos, su preocupación por él la abrumaba.
Se preguntaba si acaso seguía desconfiando del complejo como le había dicho, si estaba haciendo algo para encontrarla. Intentó convencerse de que sí, después de todo, Thomas era tan obstinado como ella, aunque le costara admitirlo.
Los recuerdos surgieron como destellos: la vez en que lo vio salir de la Caja, cuando se adentró en el Laberinto a pesar de que le había dicho cien veces que no lo hiciera. Recordó cómo él la había besado, o más bien, cómo ella lo había besado.
Surgieron las dudas y el miedo: ¿Habría Janson hecho algo contra él? La realidad de que podría nunca volver a verlo la golpeó con fuerza.
Un nudo se formó en su garganta mientras las emociones la invadían. La ira que había estado ardiendo en su interior comenzó a ceder, dejando paso a la desesperación y la impotencia. Poco a poco, las lágrimas se deslizaron por sus mejillas mientras observaba a su alrededor.
Se sentía totalmente derrotada.
Anhelaba más allá de toda esperanza que la puerta se abriera por completo en cuanto comenzó a sentir que las cuatro paredes se cerraban, haciéndola sentir más pequeña.
