•☪|| 𝑴𝒀 𝑻𝑰𝑴𝑬. | 𝓙𝓮𝓸𝓷 𝓙𝓾𝓷𝓰𝓴𝓸𝓸𝓴 //

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"— ¿JaeRin en la moto?... — Inquirió agrandando los ojos. Miró de pies a cabeza a esa niña, y no pudo aceptarlo. — Jae, es demasiado arriesgado.

— Estaría de acuerdo contigo, JungHyun, pero Jae anda en moto desde que tiene como tres años. — Defendió la idea Taehyung.

— Si, fue mi regalo de navidad. — Rio ella. JungHyun retorció la expresión. — Obviamente era una eléctrica para niños, pero aún así hizo que nazca mi pequeño amor por las motos así que no debes preocuparte.

— ¿Sabes? Voy a decirte la verdad, no me preocupaba por ti, me preocupo por mi. — Aclaró con toda la modestia del mundo. — ¿Qué si te fallan los cálculos conmigo detrás y me partes las dos piernas y de paso una costilla?...

— Tranquilo, JungHyun. — Habló Taehyung, palmeándole el hombro. — Todo saldrá más que bien..."

— Están acorralados. — Decretó el guardia al mando de esa persecución. — ¡Entrégate, Jeon Jungkook!

Ese chico en la moto solo pudo soltar una risilla. Sin problema se sacó el casco, dejando a la vista su gran sonrisa decorada por esas características mechas azules.

— Disculpe, ¿A quien buscan? — Se hizo el bobo, limpiándose el oído como si no escuchara.

Ambos jóvenes lo ven, ese hombre que tenían como principal objetivo. Jeon JaeWoong cambia drásticamente la expresión al ver a ese chico en la moto, a quien hizo deleitarse con ello. 

— Por favor... — Rio el guardia. — ¿Unos mechones pintados con polvo y un piercing falso para engañarnos? ¿Cuánto tardaron en hacerlo, dos minutos? ¡Atrápenlo!

— ¡Alto! — Ordenaron, deteniendo a todos los guardias.

Todas las miradas se posaron en el. JaeWoong al lado de su coche que había participado de la persecución, tan tenso que parecía que estallaría en cualquier momento. Pero entonces solo pudo suspirar.

— El... El no es Jungkook. — Les informó. — Es JungHyun, mi otro hijo.

Todos los guardias quedaron petrificados. No sabían cómo reaccionar ante aquello, habían perdido a Jungkook. JaeWoong, con los puños firmes, comenzó a caminar hacia su hijo, quien no perdió ni un segundo esa potente mirada con la que lo intentaba dominar.

— ¿Dónde esta tu hermano?... — Masculló impotente, pero el gemelo no dio respuesta. — ¡¿Donde demonios esta tu maldito hermano?!

— ¿Cómo podríamos saberlo? — Intervino esa joven, sacándose el caso. — Su hijo está encerrado en una correccional siendo obligado a participar en peleas ilegales y sus visitas son extralimitadas pero sobre todo custodiadas y- Oh, lo siento. — Se interrumpió, soltó una risilla. — Oí decir que ni siquiera lo conocía, ¿Cierto? Entonces, ¿Por qué le preocupa tanto ese tal Jungkook, eh?

— Tu... — Gruñó ese hombre, al reconocer esos ojos. — Par de mocosos-

— Disculpe, creo que no tienen ninguna causa para detenernos o seguir haciéndonos perder el tiempo. — Interrumpió JaeRin, cruzándose de brazos. —¿O tiene ganas de que vayamos a la comisaría a hablar de como nos conocimos apostando en peleas clandestinas?

JaeRin no se dejó vencer por esa enfurecida mirada, y con un toque de burla tuvo que hacer que se trague sus palabras. Antes de alejarse se acercó más a su hijo, creando una enorme guerra entre sus ojos llenos de ira hacia el otro.

— Voy a encontrar a tu hermano. — Le aseguró. — Y cuando lo haga, JungHyun... Volverá a ver a la rata barata que algún día fue su madre.

Sin más que decir le dio la espalda y todos esos hombres se retiraron junto a el, dejándoles libre el caminó. JungHyun suspiró, intentando calmar el odio en su interior, mientras que JaeRin negó con la cabeza por las palabras de ese despectivo hombre. Puso una mano en su hombro dándole ánimos, y ambos compartieron una sonrisa. Porque después de todo, había algo por lo que debían celebrar mucho...