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JaeRin no era la mejor controlando sus ataques de ira, pero suficiente tiempo lo había hecho. Después de haberse aguantado toda la noche, apenas se había preparado al levantarse para ir al instituto, solo caminaba, tan firme y molesta como desde cuándo se había ido de la casa de Miu, por esos pasillos donde se ganaba algunas miradas. Pero se ganó miradas de impacto cuando sin aviso, acumuló toda su ira en su puño al tener a ese bastardo que se reía con un par de los chicos de equipo como si no hubiera hecho malo.

— ¡Hijo de puta! — Rugió furiosa, viendo como HoJin se cubría adolorido la mejilla después de haberlo volteado de un puñetazo.

— ¡Pero, ¿Qué mierda te pasa, imbécil?! — Bramó enfurecido por aquel golpe, alzando el pecho dispuesto a atacar aunque fuese una mujer. 

Pero JaeRin no era una mujer cualquiera. Ella no se rebajaría ante un pecho inflado y un rabioso instinto animal que era capaz de cualquier cosa. Por eso mantuvo su postura dando un paso hacia adelante e inflo sus pulmones de fuerza.

— ¡¿Como te atreviste a ponerle tus sucias y viles manos encima, basura?! ¡¿Como pudiste?! — Siguió gritando y de nuevo atacó.

HoJin empezó a retroceder cuando esa adolescente empezó a empujarlo y soltarle un par de golpes de vez en cuando. Era un tipo supuestamente rudo, pero para nada sabía cómo controlar a esa fiera. Por eso antes de que le desfigurara el rostro alguien más debía aparecer.

— ¡Jae, Jae! — Gritaron esos dos mejores amigos alterados al verla.

Como ellos lo hicieron, EunWoo y YugYeom corrieron a la escena por el alboroto e intervinieron para calmar a esa fiera.

— ¡Cálmate, Hwang! — Ordenó EunWoo, tomándola por uno de sus brazos como YugYeom lo hacía del otro para apartarla.

— ¡Suéltame, bastardo! ¡Suéltame, lo voy a matar! — Gritó llena de rencor, viendo el rostro de un monstruo al que quería destruir.

Pero esos cuatro chicos no pudieron calmarla hasta que llegó su peor pesadilla.

— ¡Señorita Hwang! — Llamó ese hombre que detuvo cada músculo de la joven.

Todo el lugar quedó en silencio. Las miradas fijándose en el director que llegaba a la escena con el rostro fruncido en enojo, molestó por lo que presenciaba.

— A mi oficina. Ahora. — Ordenó.

JaeRin sintió sus puños apretarse con impotencia por no poder responderle a esa autoridad. Por eso se soltó brusca de los brazos de esos chicos y fue hacia el lugar al que había sido citada. El hombre liberó ligera tensión cuando pasó por su lado, y fijó la mirada en ese chico que se sobaba la mejilla adolorido, haciéndolo sentirse bobo con una sola mirada. Por eso apartó la mirada, HoJin no soportaba ver esa mirada de desilusión e impotencia.

— Usted también, HoJin. — Indicó, pues teniendo todas las miradas encima debía actuar como una gran autoridad.

Así que aunque le diera un gran fastidio, obedeció. HoJin pasó por su lado con la misma molestia que JaeRin y se dirigió al lugar al que lo habían citado. Todo el lugar quedó en silencio y los estudiantes alrededor no podían dejar de observarlo mientras chismoseaban. Y aparte, estaba ese grupo de chicos del lado de JaeRin muy pendientes de cada movimiento que daría.

— Vayan a clase, ya no hay nada que ver aquí. — Entonó firme, poniéndole fin a ese show.

Le dio la espalda al publico y se dirigió al lugar en el que lo esperaban dos chicos problemas. JaeRin y HoJin aguardaban de pie frente a su escritorio, ella cruzada de brazos sin siquiera poder mirarlo, el con las manos en los bolsillos irritado por la situación. El director se tomó su tiempo para ir detrás de su escritorio y tomar asiento. Entonces una vez allí, suspiró con pesadez.

•☪|| 𝑴𝒀 𝑻𝑰𝑴𝑬. | 𝓙𝓮𝓸𝓷 𝓙𝓾𝓷𝓰𝓴𝓸𝓸𝓴 //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora