—Rosario, creo que te amo.. —. Se quedo en silencio en cuanto vio a su hermano parado en frente de ellos.
Rosario desconocía la situación, así que solo sonrio, aun que esa sonrisa se le fue en cuanto vio a Cris llorando con una expresión molesta.
—¿¡Como pudiste!? —. Le pregunto a su hermano entre lágrimas, tiro todas las flores que había recogido en la cara de los dos adultos y luego se quedo quieto en silencio.
—¡Cris! Basta, lo hablaremos en casa —. Raúl se levanto del suelo y trato de tocar el brazo de su hermanastro.
Cris lo empujaba, no dejaba que lo tocara, estaba demasiado molesto para escuchar cualquier cosa, Raúl se sentía horrible por lo que le hizo al niño, pero no podía ni quería separarse de Rosi.
Tomo a Cris de la mano como pudo, aun que el se quito de inmediato, se despidió rápido de Rosario y se llevó a Cris a casa rápidamente.
Rosario quedo confundida por toda la escena, no tenía ni idea de que hacer, ni de lo que había echo, se levantó del suelo aun tratando de entender lo que acababa de pasar.
Echo un suspiro y comenzó a caminar a su casa, estaba preocupada por la reacción que tuvo Cris, pero no quitaba su felicidad por tener novio, Raúl era el hombre perfecto para ella, no pensaba negarlo, era lo que la había vuelto más segura, tal vez por eso tenía el valor de pedirle tal cosa como una relación.
Por el idiota de Miguel siempre había temido perder su valor, solo que dejó de pensar que tenía algún tipo de valor, pero Raúl la hizo sentir que ella era lo más especial del universo, que merecía todo.
Apenas llego a su casa le mando mensajes a Raúl, pero nada, el no contestaba, era algo preocupante, seguramente estaba lidiando con Cris, trato de no pensar mucho en eso, pero no había recibido ni un solo mensaje o llamada en respuesta al día siguiente.
Su preocupación empeoró, se sentía como una dramática, pero fue directo a la casa de Raúl, tocó durante minutos, pero ni así tuvo algún tipo de respuesta, se sintió algo asustada ahora, pensando que algo les había pasado.
Fue directo a su casa, su cabeza llena de pensamientos horribles, de teorías catastróficas, cada hipótesis peor que la anterior, se metió entre las sábanas, todo lo que había pasado este año la había roto, su inestabilidad era impresionante, no era del tipo que sobrepensaba, las cosas ya habían cambiando.
Salió de su trance rápidamente al oír que tocaban la puerta, corrió descalza, tocando la tierra, algo asqueada, no le podía importar menos ensuciar sus medias para este punto.
Al abrir vio a Raúl, se veía algo nervioso, Rosario por fin pudo echar un suspiro de paz al ver al hombre en el lugar, no se sentía muy adecuada para exigirle algo a Raúl, pero se sentía preocupada por el.
—¿¡Que ocurre contigo!?, te llamé para ver si todo estaba bien, hasta fui a tu casa...
—Rosi... tenemos que hablar de algo.
Rosario se quedo en total silencio, se sintió nerviosa, pero algo ofendida por ser interrumpida por Raúl, asintió levemente mientras su mirada se mantenía bastante seria.
—A Cris le gustas mucho.
—¿Que?.
—Se siente mal por que salgo contigo aun sabiendo que sentía algo por ti —. Bajo la cabeza y echo un suspiro bajo.
—¿Le explicaste que incluso si no me gustaras no saldrá con el?, el es muy pequeño para mi.
—Prefiero dejarlo en su burbuja.
—El estará enojado contigo por salir conmigo, no vale que quebrantes la relación que tienes con el por esto.
—Lo se, Rosario... por eso no le puedo hacer esto, no lo soportaría, debemos dejarlo aquí.
El silencio reino en el lugar, Rosario se volvió a permanecer el silencio, pero su cara demostraba un miedo excesivo, dio un paso con cólera encerrada y suspiro para calmarse.
—¿A que te refieres?.
—Que no podemos estar juntos, realmente te amo, lo admito, me enorgullece amarte, pero no puedo, es por el bien de Cris, se que te puede molestar pero yo.. —. Sus palabras fueron rápidamente calladas al ver que Rosario estaba extremadamente cerca de él.
—Esta bien, haces esto por tu hermano, no me voy a enojar por eso, Raúl, ni contigo ni con Cris. ¿sabes?, no desperdicie nada al estar contigo, me hiciste sentir querida, lo agradezco, me enseñaste que valgo algo, gracias a ti siento que soy capaz de exigir las cosas.
Raúl se quedo impactado, pero sonrió, agradeció que Rosario se lo tomará tan bien, se acerco un poco para abrazarla, sabía bien que le dolía esto a ambos, pero quedo conmocionado en cuando sintió una fuerte cachetada por parte de la mujer, puso una mano en el lugar, sintiendo un ardor horrible, Rosario había sacado toda su fuerza, ese golpe demostraba mucho de lo que ella se estaba guardando.
—¿Rosi?..
—Y es por esas razones, es gracias a ti que no tengo miedo de decir que eres un ¡Puto cobarde! —. La chica soltó en un grito de furia entre algunas suaves lágrimas apenas visibles, pero siguió.
"Entiendo que te asuste, lo entiendo, pero por favor, ¿como te da la cara para decirme que me amas si no puedes hacer el mínimo esfuerzo?, ¿te das cuenta de lo sin vergüenza que hay que hacer para hacer eso?. Esto no es culpa de Cris, es algo normal de la edad, quieres quedar como el bueno, ¡pero solo te estas comportando como un cobarde!, Cris no es un bebé, el lo va a entender, lo más seguro es que sienta un amor como el que se le tiene a una madre, el no me ama, y es obvio que tu tampoco." Su voz comenzaba a quebrarse, sentía que estaba siendo dramática de nuevo, pero le dolían tanto. "No me vuelvas a decir que me amas, cuando no eres capaz de hacer algo como explicarle algo tan simple como las diferencias de edad. Como es puedes hacerme sentir especial y luego me desechas por que no puedes hablar con tu hermano? ¿Así de poco valgo para ti? ¿Menos que palabras?."
Claro que Raúl no soltó ni un solo sonido mientras que Rosario hablaba, podía ver que la había lastimado, que la había lastimado como nadie jamás lo había echo, ni las personas que estaban con ella por sexo, ni las que la trataban como una ramera, hizo que la mujer conociera el paraíso y se lo arrebato de las manos por su inmadurez y miedo, se sentía tan culpable, no había notado que realmente era un cobarde.
—Rosario.. y..yo..
—Cierra tu boca llena de mierda, no digas mi nombre con tu dulce voz, no sabes lo que se siente tener estas agujas en la garganta, me duele solo hablar, yo.. no importa que pase ahora, no te puedo dejar de amar Raúl, no puedo, me es imposible, siento un amor inefable por ti Raúl...
—¡Lo siento!, pe..pero Cris..
—No pongas excusas, puedes decidir, yo esperaré con ansias ser tu opción, te amo por como eres, amo que quieras a tu hermano, pero le terminas haciendo daño a el, espero que si vuelves lo hagas con flores y la mejor disculpa echa por cualquier criatura viviente, pero hasta entonces ver tu cara y oír tu voz es más que un tormento, ya dejé claro mi punto.
Rosario no espero a que Raúl hablara, simplemente le cerró la puerta en la cara, se sentía culpable por hacerle esto, pero se sentía rota, sus piernas no le daban más, su garganta adolorida, y ese revoltijo en el estómago la hizo vómitar en el suelo, no sabia como sentirse, el sueño de ser amada la dejo destruida y humillada.
Raúl se quedo en la puerta, podía sentir ese nudo en la garganta que lo ahorcaba, camino hacia atrás sin ver, solo dos pasos fueron suficientes para dejarlo más en shock, la había cagado en grande.
Se fue rápidamente del lugar, sentía que todo se había salido de control, sabía que Cris no era culpable, sabía que Rosario no lo era, estaba seguro, era obvio que no había otro culpable que no fuera el, golpeó la pared con fuerza al llegar a casa, una y otra vez hasta que sus manos sangraran, no le importaba, era un cobarde, ya no le importaba.
Pobre Raúl, su miedo lo llevó a lo más profundo, lo llevó a ser odiado por la única persona que lo querría de tal manera, pobre idiota, un gran descalabro de amor que no tenía forma de arreglarse.
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Raros
RomanceRosario no era más que una puta, eso no evito que Raul comenzará a desarrollar sentimientos por ella. Rosario y Raul eran buenos amigos, se volvieron más unidos después que Miguel se alejara, pero desde esa borrachera Raul no pudo evitar ver a esa m...