Órdenes

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Rosario se encontraba junto a Cris en una tienda de vestidos, específicamente de vestidos de novia, Cris se mantenía sentando pintando sus uñas mientras esperaba a que Rosario saliera con el tercer vestido puesto.

—¿Qué te parece? —. Rosario salió con un vestido blanco largo y algo detallado, además que se veía bastante cómodo y dejaba más remarcable ciertos atributos, aun que solo dejaba tanto a la vista por la costumbre de Raúl de apoyarse en ese lugar.

—Te ves superbonita —. Dijo mientras mantenía la vista en sus uñas.

—¡Cris!, dijiste exactamente lo mismo de todos los vestidos que me probé —. La mujer se veía visiblemente irritada por el poco interés de Cris sobre el tema, se acomodó el cabello en uno de los espejos y suspiro.

—¿Por que no trajiste a tu amiga?, ¿ella no sabrá más de vestidos?.

—Creo que ella no es la mejor opción para verme en vestido de novia por el momento —. Acomodo el escote algo nerviosa —. Necesito elegir el vestido antes de que mi mamá llegue...

—¿Tu madre va a venir?.

—Sí, vive lejos así que viene tiempo antes y se queda en casa, no hay de que preocuparse, pero era amiga de los padres de Miguel, así que ya te imaginaras.

—¿Raúl está bien con eso? —. Pregunto el joven mientras se secaba las uñas.

—Sí, dijo que no tenía problemas, me pregunto si vos tenés problemas con decirle "eso".

—Yo... mejor no por ahora, no sé cómo vaya a reaccionar si se entera de que también me gustan los chicos ¿y si ya no me habla? —. Cris estaba visiblemente asustado por la idea.

—Seguro se lo va a tomar bien, Raúl vive en su mundo, dudo que sea homofóbico, aun que si reacciono con mucho asco respecto a lo de Miguel.

—Rosario no estás ayudando —. Bajo la mirada al suelo algo preocupado y dudoso —. ¿Y dónde está el ahora?.

—Con Mario —. Respondió al entrar al probador para ponerse otro de los vestidos.

—¿Es un amigo de Raúl? —. Pregunto curioso teniendo una respuesta positiva al respecto, aun así seguía con la mirada al suelo por su miedo.

Raúl por su parte se encontraba en un bar algo lejano a su casa, a su lado tenía a un viejo amigo de infancia llamado Mario, no se veían hace bastante tiempo, pero realmente aparecía cuando se le necesitaba, el hombre no dejaba de despeinar a su amigo, estaba muy feliz de que se fuera a casar.

—Fua, de verda' no pensé que te ibas a casar, y menos con esa yegua.

—Si, lo sé, Rosario es hermosa —. Sus mejillas tomaron un color rosado mientras tomaba un poco de su bebida alcohólica.

—Pero tenés una re wacha, na, te re banco —. Le dio un golpecito suave en el hombro y río —. Esperemos no te deje como venado, laucha.

—Todavía no entiendo el apodo "Laucha", pero me alegra mucho verte Mario, no estoy muy acompañado por más que Cris y Rosi —. Movió su vaso de manera leve mirándolo con pesar.

—Me di cuenta, ayer fui a ver a Miguel, dice que sos re Gil, además que te quería entubar... —. Rápidamente fue callado por el otro hombre.

—No sigas, ya lo sé, y me asquea.

—¿Wacho sos homofóbico?, yo te quería tragar la morcilla también —. Echo un suspiro y de un sorbo se tomó el vaso de Raúl.

—No soy homofóbico, solo que le cago la vida a Rosario por no tener huevos para decirme como se sentía —. Apretó los puños con la ira que se guardaba desde que se enteró.

RarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora