Capitulo 18: El niñero Es...

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Las siete cincuenta... Solo faltaban otros diez minutos para que el padre dorado entrará por la puerta principal del salón del trono, dispuesto a recibir su misión, Sage estaba sereno y esperaba con suma paciencia al joven Virgo.

En la sala lo acompañaban, inesperadamente, los caballeros dorados de Aries, Tauro, Libra ( Que estaba bajo amenaza de su queridísimo amigo Aldebaran ), Sagitario y Acuario.

Para Sage no era sorpresa estar acompañado de sus presencias y tampoco parecía molestarle, y a causa de la inasistencia de los caballeros de Cáncer y Escorpión, la estancia gozaba de tranquilidad y silencio. Aunque a cada momento se podía notar como algunos jóvenes impacientes miraban el reloj, esperando a que se hiciera la hora de que llegara el tan esperado caballero de Virgo.

Tan solo dos minutos pasaron cuando se pudo escuchar el sonido de unos pasos ir acercándose a la puerta y poco después el sonido de las bisagras que delataban el ingreso de una persona a la habitación, la silueta del joven Virginiano se dejó ver en el umbral de la puerta y algunos caballeros, de forma involuntaria, contuvieron el aire en sus pulmones al divisar al joven ir acercándose a ellos con un lindo bultito entre sus brazos.

Luciendo su armadura dorada con orgullo, el joven Asmita se adentro a la habitación con la cabeza en alto y luciendo un porte tranquilo y solemne, mientras que en sus brazos llevaba a la hermosa niña de cabellos rubios y ojos azules, luciendo el hermoso vestido rojo y blanco que cierto chino le regaló, llevaba puestas los zapatitos a juego y su inseparable conejo rosa entre sus pequeñas manitos, en la boca tenía un chupon de color rosado oscuro que Sisifo le había regalado y en la cabeza llevaba un cintillo tejido con un lazo en forma de flor de color anaranjado, obsequio de Degel.

Las sonrisas en los caballeros presentes fue instantánea al ver a la niña luciendo sus obsequios, Shivane se veía saludable y muy bonita, resultó un gran alivio para algunos volver a verla con sus mejillas abultadas y sonrosadas, sus ojitos brillantes que miraban  curiosos todo cuanto la rodeaba y que debes en cuando se detenía en alguno de ellos.

- Gran Patriarca, buenos días - Saludo el joven rubio, arrodillándose frente al trono de oro donde Sage reposaba.

- Buenos días caballero de Virgo y pequeña Shivane, me alegra verlos nuevamente - Saludo Sage sonriendo - Por favor ponte de pie, no es aconsejable que te arrodilles de ese modo teniendo a la bebé entre tus brazos -

Con algo de dificultad Asmita logro ponerse de pie, sin lastimar o molestar a la niña y tratando de que no se le cayera el morral que llevaba en el hombro, una ves erguido acomodo mejor a Shivane en sus brazos y la niña al ver a Sage de inmediato le estiró los brazos. El Patriarca, tratando de mantener su actitud firme y autoría, no cedió ante la visible petición de la infante, ocasionando que Shivane empezará a ponerse triste y a soltar balbuceos aún con el chupón en la boca.

- Asmita de Virgo, se te a convocado para acerté la encomienda de una misión importante - Sage empezó con su discurso, dando una leve descripción de la misión y tratando de distraerse de la bebé que el joven cargaba, a la cual empezaba a notarse le como sus ojos iban brillando en lágrimas y sus mejillas se tornaban un poco más rojas.

Asmita podía sentir como su hija iba cambiando de sentimiento, pasando de estar tranquila a empezar a hacer pucheros y estremecerse entre sus brazos, el joven intentaba mantener controlada a la bebé mientras oía a su Santidad hablarle, usando su cosmos y haciendo leves sonidos con la boca logro calmarla un poco y luego le dio la vuelta para evitar que siguiera viendo al Patriarca.

Pero mientras Sage hablaba, los caballeros a un lado de la habitación solo podían negar el comportamiento del Pontífice con la bebé, se entendía que públicamente, Sage debía dar la imagen de hombre correcto y no debía demostrar afecto de ningún tipo, pero ellos ya conocían la actitud que el antiguo caballero de Cáncer adoptaba cuando tenía a la bebé de frente, pasaba de ser un hombre calculador y serio, a un abuelito expresivo y rebosante de amor por su nietecita.

El Tesoro de Virgo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora