Capitulo 22: La Cabra Responsable

33 10 1
                                    

- Shivane... SHIVANE - El gran toro, controlado por su desesperación al no encontrar a la niña, comenzó a andar por toda la casa, abriendo puertas y llamando en voz alta a la pequeña bebé, con la esperanza de que esta pudiera aparecer en cualquier momento.

Cada habitación, cada cuarto, incluso los lugares que había tenido que cerrar por protección a la niña fueron objeto de su búsqueda, pero con el paso de los minutos y los desalentadores resultados, solo le quedó volver al cuarto y buscar nuevamente allí.

- Dios mío, respira Aldebaran respira, tengo que conservar la calma, no pudo haber ido muy lejos, ¿ verdad ?, Después de todo, no conoce nada aquí y es una pequeña bebé -

Una pequeña bebé con la sangre de Asmita de Virgo en las venas, no habia que ser un genio como para deducir que si el padre poseía poderes extraordinarios que iban más allá de la imaginación, la hija podía ser igual, solo que la falta de madurez y la incapacidad de entendimiento que su corta edad le daba, la hacían propensa a no pensar en las consecuencias que pudiera tener el uso de sus poderes.

Aldebaran trataba en lo mediano de su capacidad, mantenerse sereno y pensar con la cabeza fría, intentando mentalizar las ideas que pudiera tener la niña, cosa que no le fue difícil, pues al pensar en lo que Shivane pudiera querer a esa edad, solo le venía una imagen a la mente.

- La casa de Virgo, de seguro está tratando de buscar a su padre -

Eso tenía que ser, pues desde el momento en que la bebé se despertó, demostró el entendimiento suficiente para reconocer que el lugar en el cual se hallaba, no era su casa y que extrañaba a su padre, por lo tanto era muy probable que la niña estuviera buscando la forma de volver a su hogar, usando sus propios poderes para eso, por lo cual era seguro de que la casa de Virgo seria su destino.

Sin perder tiempo, salió de la habitación y de su templo, comenzando a correr escaleras arriba, esperando encontrar a la niña en la sala principal del templo de Virgo y no en las habitaciones privadas.

( Templo de Virgo... Sala principal )

En la plataforma de meditación con forma de loto abierto, se podía ver y oír la causa del inusual sonido que llenaba el sexto templo, ante la ausencia de su guardián se esperaba que el lugar quedará solo y frío, pero el hecho de que las antorchas exteriores y las lámparas interiores estuvieran encendidas, le daban al templo esa apariencia de calidez, y al mismo tiempo, avisaban de que él guardián estaba presente.

- Asmita de Virgo, solicitó tú permiso para cruzar tu casa -

Él hombre no vio necesario el presentarse, pues sabía que con ese santo en particular la presentación era inutil, ya que con solo percibir el cosmos y oir la voz del individuo, el joven Virgo podia identificarlo, sin embargo, la nula respuesta a su pedido le hizo pensar que tal ves el caballero no estaba en su altar de meditación, sino en sus habitaciones privadas desempeñando su labor de padre.

Por lo cual, procedió a adentrarse al lugar con completa confianza, aún le era un poco difícil de aceptar la situación que vivía su compañero, pues siendo padre soltero y portando una armadura dorada al mismo tiempo, le hacían dudar de las capacidades de Asmita para cumplir sus obligaciones como guardián guerrero del Santuario.

El no sabía lo que era ser padre, pero si comprendía que ese estado ofrecía una responsabilidad aún mas grande que la de proteger a Athena, pues un hijo era una enorme carga y un gran distractor que solia consumir todo el tiempo de una persona, así como su energía.

Tratando de ignorar ese detalle y borrar los prejuicios hacia su compañero, el hombre se adentro al lugar llamando al nombre del guardián nuevamente, encontrando que el cosmos de Asmita estaba ausente, la presencia del rubio no se sentia en ninguna parte del salon y menos en el templo interior, cosa que le extraño mucho, pero aun mas al percibir extraños sonidos venir desde el centro de la sala.

El Tesoro de Virgo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora