KEISHA
Por culpa de Trenton tengo problemas para concentrarme durante el resto de la clase. Todo en cuanto puedo pensar tiene que ver con nuestro encuentro en la cafetería dentro de unas horas.
Estoy nerviosa, no puedo evitarlo.
Cualquiera que me viera me tomaría por una quinceañera que va a tener su primera cita, pero me importa un bledo. Trenton tiene esa habilidad para poner mi mundo patas arriba con una sola frase.
Me ha resultado muy gracioso su rifirrafe con Andrey. Ha quedado bien claro que los dos tienen una rivalidad desde hace tiempo, pero yo no pienso estar en medio de eso.
No soy ningún trofeo que ganar o perder. Así que más vale dejarlo claro desde el principio.
— ¿Hay sitio para una más en tu clase? — dice alguien a mis espaldas.
Esta es la segunda clase, en el horario de tarde, y suelen venir alumnas más adultas que por temas de trabajo u otras obligaciones no puedan antes. Es por eso que no me sorprendería demasiado que llegara más gente nueva, de no haber reconocido al instante su voz.
— Doctora...digo, Cassie — me corrijo a tiempo, adivinando que ya estaba a punto de recordármelo —. Por supuesto que sí, qué agradable sorpresa — exclamo.
Acostumbrada a verla en sus impecables trajes de firma, se me hace raro encontrarla ataviada con ropa de deporte. Pero le sienta igual de bien, se nota que es una mujer a la que le gusta cuidarse.
Y a juzgar por la forma en que Pétrovik se la está comiendo con los ojos, parece que no soy la única que se ha dado cuenta.
— Me gustaría inscribirme, quiero probar cosas nuevas. ¿Dónde puedo hacerlo? Me muero por verte en acción — me confía y las dos nos echamos a reír. Si tampoco es para tanto...
Se me escapa una sonrisa maliciosa y saco a relucir mis dotes ocultas de Cupido.
— Estamos encantados de tenerte por aquí. Mira, mi socio Igor te puede ayudar. Es quien se encarga de eso, ¿verdad que sí, Igor? — lo llamo, pasando olímpicamente por alto la manera en que me fulmina con la mirada porque – mentira piadosa – quien realmente se encarga es Kirill, pero está ocupado dando una clase de crossfit.
A regañadientes, el hombretón se acerca y lo veo alisarse un poco el cortísimo pelo castaño, que lleva casi al raz.
Mis palabras llaman la atención de Cassie, quien se queda bastante impresionada cuando lo ve.
— Claro, estamos para servirla. No va a encontrar un gimnasio mejor que este, nos esforzamos mucho para satisfacer a los clientes — asegura, con los hercúleos brazos cruzados ante el pecho, marcando músculo.
A la buena de la doctora casi se le cae la baba, pero lo disimula como puede. No deja de asentir a cada cosa que Pétrovik le va explicando acerca de las mensualidades y las ventajas de las que puede disfrutar si se hace miembro prémium. Cosas de Kirill, el chico tiene buena mano para los negocios.
Pero diría que cualquier cosa que dijera habría convencido a Cassie.
— Excelente, se nota que eres...que todos sois unos profesionales. Es justo lo que buscaba.
Él está que no cabe en el pellejo por el orgullo.
— Perfecto, entonces acompáñalo. Te tomará los datos en recepción, yo te veo ahora — les doy un pequeño empujoncito para que terminen de hablar a solas con la excusa del registro.
Los dos están libres y sin compromiso – hace muchos años que Pétrovik se divorció de la madre de Kirill, que no quiere saber nada de él y la doctora se ha dedicado tanto a su carrera que no ha tenido tiempo para relaciones serias, según me contó una vez –, además tengo que admitir que hacen buena pareja.
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Trenton: Peligrosa adicción ✔ COMPLETA ©️ EN FÍSICO CON MATCHSTORIES EDITORIAL
RomantizmTrenton Sawyer ha luchado con sudor y sangre para salir de una vida de violencia y autodestrucción. Años y años de entrenamiento le han llevado a convertirse en uno de los mejores luchadores de la MMA en las últimas décadas. Sin embargo todo ese sac...