Uno: subastas

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Las ruidosas calles de Nueva York abrumaban mi mente. No me dejaban pensar claramente, la gente empujando y gritando en vez de hablar, el sonido de los carros que al parecer tenían mucha prisa ya que no paraban de sonar los claxon.
Lo odio.

Opté por ponerme audífonos y despejar la mente. Tenía mucho que hacer esa tarde, los deberes de la preparatoria y el supermercado.

- Primero debería hacer las tareas para en la noche hacer el mercado.

Hablaba entre dientes acomodando mis tiempos. Caminando a paso veloz, debería llegar a tiempo para que mis horarios no se salieran de curso. Estar en último año de preparatoria no será nada fácil y menos si la mayoría de tus maestros están en contra tuya. Son unos racistas solo por ser una estudiante que obtuvo una beca, les arde que una mexicana pueda llegar más lejos que sus ineptos estudiantes, solo faltaban unos días para terminar el semestre y largarte de esa estúpida escuela y tal vez de este estupido lugar.

Tus padres confían en que te quedarás a estudiar tu carrera ahí, pero al estar sola en un lugar en el que corres peligro la mayor parte del tiempo se me hacía una excusa suficiente para irme de aquí.

En esta maldita ciudad reinaba el gran caos del Clan del pie, ya que últimamente estaban más activos estos días, según las noticias muchas chicas desaparecían, una mínima parte de ellas eran encontradas vagando por las oscuras calles de la ciudad. Las pocas entrevistas se repetía lo mismo, venden mujeres a grandes empresarios a cambio de artefactos o simplemente una suma muy grande de dinero, en los noticieros recomendaron toque de queda a las mujeres o simplemente no salir.

Tal vez también no deberías ir al mercado en la noche pero no eras lo suficientemente importante para que te tengan en la mira.

Un gran golpe en mi cara detuvo mis pensamientos.

- Wow parece que estuve caminando en automático - saque mis llaves de la mochila para entrar al edificio, esperando a que nadie haya visto que choque con la puerta.

Subí rápidamente a mi pequeño departamento, abriendo la puerta de un gran golpe aventando la mochila en el pequeño sillón y subiendo el interruptor dejando ver un gran desastre en la sala que claramente tendré que recoger después pero antes las tareas.

- Bien... A trabajar.

Amarre mi cabello en una coleta y comencé a sacar libros y dejarlos en el escritorio..

...

Un gran bostezó salió mientras me levantaba de mi escritorio, al terminar todos los trabajos habidos y por aver, mire la hora.

- las 9:00... Todavía tengo algo de tiempo para ir al mercado.

Tomé mis precauciones por si las dudas, me puse una sudadera grande y una cachucha que ocultara mi rostro. Tomé mi bolsa para el mandado y salí al mercado o bueno supermarket más cercano. Que quedaban a solo unos cuantas cuadras de mi departamento.

Al llegar y mirar si seguía en servicio, entre sintiendo un golpe helado en la cara.

- Oh! Jovencita no debería estar a estás horas por aquí .- hablo de repente el cajero haciendo que saltará un poco del susto .- jeje disculpe no quise asustarla.

Mire al hombre, algo mayor pero no tan ansiano, intenté hacer mi mejor sonrisa.

- Lo se, pero no se preocupe solo haré mi mandado para la semana y me iré antes de las 10:00.

- Está bien señorita solo tenga cuidado.

Al terminar de hablar con el señor pase a mis cosas.

- Un poco de leche.. pan... Sopa.. ammm algunas frituras...- pasaba mentalmente mi lista ya que olvide hacer una con anticipación.

Un Raro Romance | TMNT+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora