Aqui vamos otra vez

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Los días pasaron sin que pasara algo en especial, Hoppy seguía haciendo sus tareas, Snape seguía leyendo sus libros y así llego el primero de septiembre.

Snape, vestido con un traje Muggle, algo que le sorprendió porque nunca lo vio así, lo acompaño todo el trayecto, hasta la estación King's Croos, tomaron el subterráneo hasta Londres, y en Londres lo llevo a la estación. Snape le dio las indicciones, solo tenía que atravesar la pared, le excuso diciendo que tenía cosas más importantes que hacer, y fue hasta un callejón oscuro donde hizo una aparición, ya que escucho el sonido característico, aunque muy poco audible.

Tomo aire, miro a Hedwig, miro la hora, había llegado más temprano que la vez anterior. Los Weasley no llegarían en mucho más tiempo, y un niño con un carrito, con una lechuza que dormitaba era algo que llamaba mucho la atención. Así que junto valor, y con todas sus fuerzas empujo el carrito en veloz carrera hasta que atravesó la barrera.

— ¿Estás lista, Hedwig? — le pregunto Harry mirando a la lechuza —. Aquí vamos otra vez, pero esta vez lo hare bien.

A paso seguro fue directo al compartimento, para esperar a los gemelos, quienes lo ayudarían a subir su baúl sobre el portaequipaje, pero pasaron los minutos y ninguno se aparecía. Seguramente estaban llegando, estaba deseoso de volver a verlos, de volver a ver a Fred, a George, y a Ron, a su mejor amigo Ron, aunque no a la rata mascota. Miro ansioso hacia el pasadizo, pronto todo se pondría en marcha, todo lo que había estado pensando desde que madre magia lo había regresado.

— Yo te ayudo — dijo un chico entrando al compartimento, al parecer lo escucho forcejear con el baúl.

Para su infortunio, o quizás sorpresa, no fueron esta vez los gemelos quienes entraron a ayudarle a subir el baúl, no, al mirar por la ventana vio que apenas habían entrado por la barrera.

Era el muchacho de ojos claros brillantes, rasgos cincelados, de cuerpo fornido, cabello castaño. Vestía un sweater color amarillo, un pantalón color café y un par de botas, como de acampar. Al parecer el no dudo en ayudar, no lo haría, él era noble, él era bueno, lo escucho forcejeando y no lo dudo. Harry contuvo las lágrimas, recordando cuanto habría llorado por él, por Cedric Diggory.

— Listo — dijo después de subir el baúl y aplaudir, limpiándose las manos —. Nada que uno de tercer no pueda subir.

— Gracias...

— No es nada — dijo sonriendo —. Discúlpame si fue muy abrupto, te vi batallando con eso.

— No pasa nada — dijo un tanto cohibido.

— ¿Te sientes nervioso? ¿verdad? — pregunto amablemente poniéndose a su altura —. No estés nervioso, emociónate, conocerás nuevos amigos, vas a conocer a los mejores profesores de magia.

Harry intento con todas sus fuerzas contener la emoción, contener las lágrimas, al ver a Cedric, ver sus ojos brillantes de emoción, dándole confianza, verlo tan animado. Por un instante paso por su mente aquellos grises ojos apagados, carentes de toda vida, negó con la cabeza, pero esa imagen parecía no querer irse, y no se fue, hasta que instintivamente el propio Cedric lo abrazo.

— El miedo es bueno, ¿Si? Está bien tener miedo — le dijo con una voz cálida —. Hogwarts es un gran lugar, ya lo veraz.

— Gracias — dijo abrazándolo.

— Tranquilo, yo también tuve miedo en mi primer viaje, no sabía que me encontraría, que amigos tendría, y ¡estos tres años han sido geniales! — le aseguro sonriendo —. Oh, lo he olvidado, no nos hemos presentado, Cedric, Cedric Diggory, tercer año de Hufflepuff.

— Harry Potter — se presentó temeroso.

Unas voces pronto lo volvieron a la realidad, podía escuchar como un grupo de chicos llamaban a Cedric desde unos compartimientos mas adelante.

The Journey of OpportunityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora