Volviendo a Hogwarts

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A la mañana siguiente Tom, el tabernero, había entrado con su desayuno, y comida para el perro, el cual se la devoro en un instante. Se cambió, y fue a colocar a Hedwig en su jaula y a África en el nuevo maletín para ella, el cual cuando la serpiente entro se trasformó en una especie de mini jaula. Fue entonces cuando Ron entro molesto, al parecer Percy lo culpaba, a él, de manchar la foto que tenía e Penélope Clearwater.

Harry no supo si Sirius no olfateo a Scabbers, pero, tan pronto vio a Ron salto para tirar a Ron al suelo y comenzó a lamerle la cara.

— ¡Ron! Lo siento — dijo agarrando a Sirius por el collar y luego lo hizo hacia atrás.

— Oye, me dejo la cara llena de baba, pero está bien, es grandioso, y grande, en términos enormes — dijo antes de acariciar la cabeza del perro —. ¿Ya le pusiste nombre?

— Aun no, tendrá que tener un nombre para cuando llegue al colegio.

— ¿Qué tal oso? Parece un oso.

Comenzaron a bajar todo, Harry tuvo que tener cuidado con Sirius, el cual tan pronto salió de la habitacion comenzó a saltar. Aunque todo el ajetreo de Sirius se detuvo cuando aparecieron de frente Pollux Black y su esposa Irma.

— ¿Si les pongo un apodo van a alejarse de mí? — se preguntó.

— Puedes, una cosa curiosa de los Black es que nos llamas con diminutos y reaccionamos graciosamente, puedes decirle Polly y se va sonrojar — susurro una voz detrás de él, Harry se dio vuelta, era la señora Cassiopeia —. A mi puedes decirme tía Cassy, a Dorea solíamos llamarla Dory, y a mi hermanito Marius lo llamamos Rius, ¡oh! y a los hijos de Polly, eran Burga, Alphi y Cygny, y los nietos, Bella, Dromeda, Cissy, Siri y Reggy.

— ¿A que vinieron? — pregunto Harry dándose vuelta.

— A ayudarte con cierta mascota.

— Hola señor Polly — saludo Harry, lo que causo que el señor Pollux se sonrojara, y tras mirar detenidamente al frente miro con desagrado a su hermana.

— Tenemos espacio en nuestro auto, por si alguien quiere integrarse — dijo el señor Pollux, Harry sabia, tanto como el, que los Weasley no confiaban en las intenciones de la familia Black, por lo que era una muestra para que no desconfiaran de ellos. Al invitarlos se aseguraban dos cosas, la primera un adulto y probablemente uno de los hermanos Weasley se uniría al viaje, y la segunda, al ir ellos se garantizaría que Harry llegara a la estación del tren.

— Yo iré — dijo el señor Weasley.

— Yo también iré— dijo Ginny con entusiasmo.

Los Black subieron todo al Sedan azul, Sirius quedo solo en un asiento trasero, y en un asiento intermedio Harry subió, quedando entre Ginny y el señor Weasley. En el asiento delantero, el del conductor, se sentó el señor Pollux y a su lado, en el del copiloto, se sento la señora Cassiopeia.

— ¿La señora Cassy no viene?

— vino explícitamente a dejarme en ridículo, hermanas menores, no te preocupes por ella, ya se fue su casa, vive en un pueblito retirado, nosotros vivimos a veinte minutos de la estación, solo queríamos llevarte debido a cierto perro, demasiado grande y escandaloso.

— No es escandaloso — lo defendió Harry —. Señor Polly ¿Un animal puede vivir más años si tener algún poder por vivir rodeado de niños mágicos?

— Si y no, depende del animal y la magia que se encuentre en contacto con el — afirmo —. Por ejemplo, el perro, mi tío Sirius experimento con eso, puso a perros en contacto con muchos animales mágicos, en entornos mágicos donde la magia brotaba, estos perros crecieron al tamaño que tiene el que encontraste, pero, la magia y que se volvieran familiares los hizo perder tamaño hasta uno más adecuado.

The Journey of OpportunityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora