Era miércoles por la mañana y Abril salía de su café favorito con un café con leche de vainilla en una mano y una bolsa de papel que contenía un rol de canela en la otra. Se sombreó los ojos con la bolsa y notó una familiar gabardina beige que sobresalía entre la multitud.
Era Samantha.
Abril quería gritar su nombre para llamar su atención, pero sabía que no lo iba a lograr. No poder hablar rara vez era un inconveniente para Abril, las personas más cercanas a ella sabían el lenguaje de señas, y podía sobrevivir con simples gestos y notas escritas si era necesario. Pero a veces, cuando quería llamar la atención de una joven, era lo más frustrante del mundo para ella.
Por suerte para Abril, Samantha caminaba directamente hacia ella. Cuando se acercó, Abril agitó su mano sosteniendo su rol de canela, captando la atención de Samantha. La cara de la semirubia se iluminó cuando se dio cuenta de que era Abril.
-Lo siento, estaba en mi propio mundo, por eso casi no te veo. -dijo Samantha mientras se acercaba. Abril trató de responder, pero se dio cuenta de que no tenía mano libre para escribir. Hizo un gesto a Samantha para que esperara un momento, apretando la bolsa de papel entre los dientes y sacando su teléfono. Rápidamente escribió una respuesta y le tendió el teléfono a la semirubia.
"Estaba deteniéndome para tomar un café antes del trabajo, pensé en saludar."
Samantha le devolvió el teléfono a Abril.
-Me alegro de que lo hayas hecho, hasta ahora ha sido una mañana terrible, me vendría bien animarme un poco. -respondió con una mueca cuando alguien que pasaba por delante chocó con ella. Abril la tomó por el codo y la condujo hacia una de las mesas fuera de la cafetería, apartándose del flujo de compradores y empresarios que corrían calle abajo.
Abril esperó a que Samantha se acomodara en la silla frente a ella antes de señalarla y darle la señal de OK, pensando que Samantha lo entendería.
-Ya sabes, cuestiones familiares y de trabajo. -suspiró Samantha- Mi madre está en la ciudad para esta gala de negocios, lo cual es una pesadilla, hay mucho trabajo por hacer en la oficina, y mucha planificación para asegurar que todo salga bien.
Abril recordó a Filis hablando sobre el cambio de marca de Rivera Corp, que Abril asumió que era para lo que era la gala. Observó a Samantha mientras seguía despoticando sobre la gala, dándose cuenta de que hablaba mucho con las manos.
"¿Por qué no sólo haces lo que quieres hacer?"
Samantha se echó a reír mientras leía el mensaje.
-Bueno, eso sería demasiado fácil ahora, ¿no? -dijo sarcásticamente. Suspiró de nuevo, mirando fijamente a Abril, como si estuviera decidiendo algo- No sé si lo sabes, y bueno, todavía me estás hablando, así que pensé que no lo sabías, porque si lo supieras probablemente ya no querrías hablar conmigo. -dijo Samantha divagando, toda nerviosa. Abril agarró una de las manos de Samantha y la atrapó debajo de su mano colocándolas en la parte superior de la mesa, respirando exageradamente para hacer un punto.
-Bien. -dijo Samantha, tranquilizándose- Bueno, fui adoptada cuando era más joven por la familia Rivera, es posible que hayas oído hablar de ese nombre antes, porque mi hermana es dueño de Rivera Corp, excepto que ahora me hice cargo porque... él es el tipo que bombardeó el Congreso el año pasado. -miró a Abril, reprimiendo las lágrimas mientras esperaba su reacción.
"Lo sé."
Samantha levantó la vista del teléfono, con un pliegue entre las cejas por la mirada confusa en su rostro.
-Si lo sabes, ¿Por qué has sido amable conmigo todo este tiempo? -preguntó.
El corazón de Abril le dolió por Samantha. Había tenido razón, estaba sola. ¿Cuántas personas le habían dado la espalda después de que su hermana había volado a todas esas personas? ¿Cuántas personas la responsabilizaron? ¿La gente no se dio cuenta de que Damiano también había lastimado a Samantha? No era difícil imaginar porqué había decidido mudarse a otra ciudad y cambiar el nombre de la empresa. Estaba buscando un nuevo comienzo.
"Porque nada de eso es tu culpa, y creo que tú también estás sufriendo, y no es justo."
Samantha leyó el mensaje y le dio a Abril una sonrisa triste.
-Sabes, eres la primera persona en decirme eso, todos mis amigos de donde vengo, no contestaron mis llamadas, dejaron de enviarme mensajes de texto, simplemente me apartaron -se desahogó- Lo siento, yo no quería desahogarme contigo, pero eres la única persona que con quien he tenido una conversación adecuada desde que me mudé aquí.
Abril agarró la mano de Samantha y la apretó suavemente, dándole una sonrisa tranquilizadora.
"Bueno, ¿Para qué son las amigas?"
Escribió Abril, sosteniendo el teléfono para que Samantha lo viera. Ambas lucían sonrisas iguales mientras se miraban, y Abril esperaba haber animado a Samantha, aunque fuera un росо.
Si ven algún error de edición, ortográfico, o de redacción no duden en decírmelo. Se los agradecería mucho.
Los quiero. ❤️
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Señas | Rivari
FanfictionCuando Abril tenía 12 años sufrió un accidente automovilístico en el que lamentablemente fallecieron sus padres. Desde ese día no habia dicho una palabra. Trabajando como bibliotecaria en Seattle, Abril conoce a Samantha Rivera, y por mucho que quie...