A la mañana siguiente, Abril se despertó temprano.
Los acontecimientos de la noche anterior se derrumbaron sobre ella y le dolieron tanto como la noche anterior. Estuvo acurrucada en su cama durante horas, sollozando en su almohada. No se movió toda la mañana, ignorando su teléfono cuando sonó en la mesita de noche.
No fue hasta que llamaron a su puerta que Abril se movió. Ella había considerado ignorarlo, pero la única persona que podría ser, es Amairani. Antes, sabía que habría sido Samantha apareciendo en su puerta, pero ahora sabía que eso era inútil. Samantha sería la última persona en aparecer, sin importar cuánto Abril lo deseara.
Limpiándose la cara inútilmente, Abril camino descalza hacia la puerta. Todavía estaba vestida con la ropa de ayer, tenía la cara hinchada de tanto llorar y tenía los ojos inyectados en sangre detrás de las gafas.
Al abrir la puerta, Abril se dió la vuelta, tratando de ocultar su rostro mientras caminaba hacía la cocina y se preparaba una taza de café.
Amairani estaba en estado de shock.
-Buenos días a ti también. -dijo Amairani, cerrando la puerta detrás de él y sentándose a la mesa- Has estado ignorando mis llamadas toda la mañana, así que pensé que vendría en mi descanso. -dijo Amairani, con Abril encogiéndose de hombros como respuesta, que todavía no se daba la vuelta.
-He estado con Samantha toda la mañana, se ve horrible. -continuó Amairani, mirando la espalda de Abril, esperando que ella dijera algo. Ella tiró una de las tazas, sus manos intentaron erguirse mientras sus ojos se llenaron de lágrimas.
Amairani frunció el ceño.
-Estás bien, ¿Qué pasa? Si el hecho de que la cara de tu novia sea morada, y parezca que no ha dormido en una semana, no es suficiente para provocar una reacción tuya, debe ser malo.
La mano de Abril se apretó sobre la aza de la cafetera mientras llenaba sus tazas, apretando los dientes y deseando no llorar y frente a su hermana. Esforzándose, se dió la vuelta para mirar a Amairani
Su rostro se aflojó cuando vió la apariencia de Abril. Se levantó a medias de su asiento mientras miraba los ojos hinchados y llorosos de Abril.
-¿Qué pasa? -Amairani entró en pánico, sus manos revolotearon frente a ella mientras debatía si debía o no acercarse a Abril.
Caminando hacia el sofá, Abril dejó sus tazas sobre la mesa de café, acurrucada con una almohada mientras trataba de ocultar sus lágrimas.
Amairani se acercó y puso una mano sobre el hombro de Abril. Eso empeoró las cosas, haciendo que ella volviera a llorar. Amairani abrazó a su hermana mientras esta sollozaba sobre la almohada.
-Oye, está bien, aquí estoy. -murmuró Amairani, besando el cabello de Abril- Shh, está bien. -Amairani la atrajo hacía su pecho, acunando a su hermana mientras lloraba.
No fue hasta que los sollozos de Abril se calmaron cuando le contó a Amairani lo que había sucedido. Con la cabeza apoyada en el regazo de su hermana, relató los eventos de la noche anterior cuando Amairani le acarició el pelo.
~Sólo se acabó todo ~poco gesticuló, sus manos cayeron inútilmente a sus costados cuando terminó de explicar.
-Samantha Rivera. -maldijo Amairani, levantando los puños- Espero que le gusten los pandas porque voy a darle otro ojo morado cuando la vuelva a ver. -Abril cerró los ojos y dejó escapar un pequeño suspiro mientras Amairani gritaba. Entonces se detuvo, recordando cómo se veía Samantha esta mañana.
-Oh, no, esto es malo, -murmuro Amairani para sí misma- oh dios, ni siquiera puedo estar enojada con ella, en realidad se veía horrible, está claramente desconsolada. -eso no hizo exactamente que Abril se sintiera mejor, todo lo que podía imaginar era a Samantha, sola, sin nadie que la consolara. Abril había sido su consuelo. Otra lágrima se deslizó por el rabillo del ojo de Abril, goteando sobre la almohada.
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Señas | Rivari
FanfictionCuando Abril tenía 12 años sufrió un accidente automovilístico en el que lamentablemente fallecieron sus padres. Desde ese día no habia dicho una palabra. Trabajando como bibliotecaria en Seattle, Abril conoce a Samantha Rivera, y por mucho que quie...