Capítulo 8

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Faltaban solo dos días para el domingo, pero a Abril le pareció una eternidad. Había pasado todo el sábado por la noche molestando a Amairani y Filis con preguntas. Estaban felices por Abril, y un poco satisfechas de que tuviera una cita real con Samantha.

Samantha tuvo que ir a la oficina para terminar un trabajo, por lo que Abril le dijo que la vería allí. Eran poco más de las cuatro cuando Abril entró en R-Corp. La chica de recepción levantó la vista cuando Abril camino hacia ella.

-¿Señorita Garza? -preguntó ella, continuando cuando Abril asintió- La señorita Samantha nos ha ordenado que la dejemos ir directamente, su oficina está en el último piso.

Una vez que Abril llegó al piso superior, salió a una pequeña sala de espera. La recepcionista detrás de este escritorio también levantó la vista.

-¿Señorita Garza? -ella preguntó. Abril sonrió y se acercó. La mujer se levantó- Por aquí, por favor. -condujo a Abril por el pasillo, abriendo la puerta al final- La señorita Garza está aquí para verla, señora. -dijo la mujer, abriendo la puerta para que Abril entrara en la oficina de Samantha. Estaba sentada detrás de su escritorio, sus dedos presionados contra sus sienes mientras miraba la pantalla de su computadora. Levantó la vista hacia Abril cuando entró, con una amplia sonrisa en su rostro. Abril se alegró de ver que Samantha había seguido su consejo y se había vestido casualmente para su cita.

-Gracias, eso será todo. -se dirigió Samantha a su asistente, mientras caminaba alrededor de su escritorio. Abril le tendió el ramo de flores que llevaba, sonriéndole a Samantha.

-¡Plumerias! -Samantha exclamó, mientras tomaba las flores- Son bastante raras, ¡Muchas gracias! -las dejó sobre su escritorio mientras Abril escribía en la pizarra.

"No quería conseguirte flores ordinarias cuando no eres para nada ordinaria".

Samantha se sonrojó, sonriendo ampliamente mientras agachaba la cabeza con timidez. Abril hizo un gesto hacía la puerta, ansiosa porque comenzaran su cita. Parecía que Samantha había tenido un día estresante en el trabajo hasta que Abril apareció. Además, ya que estaba en la oficina un domingo, Abril pensó que Samantha trabajaba demasiado.

-Déjame agarrar mi abrigo y mi bolso. -dijo Samantha, caminando hacia un armario empotrado. Se puso el abrigo y deslizó el bolso sobre el hombro. Al abrir la puerta, hizo un gesto a Abril para que fuera primero, siguiendola.

-Me voy ahora, Clara, te veré mañana, que tengas una buena noche. -dijo Samantha cuando pasaron junto a la recepcionista y subieron al ascensor. Estuvieron en silencio durante todo el viaje, mirándose furtivamente y sonriendo tímidamente cuando se encontraron. Los dedos de Abril estaban ansiosos por alcanzar y tomar la mano de Samantha.

Salieron del ascensor y Samantha se despidió del personal de la recepción mientras caminaban hacia la entrada. Una vez afuera, Abril señaló en la dirección en que se dirigían. Se sintió aliviada de que las cosas con Samantha iban bien hasta el momento, le había preocupado que pudiera haber habido cierta incomodidad.

Sintiéndose valiente, Abril entrelazó sus dedos con los de Samantha, haciendo que esta la mirara sorprendida, sus labios se arquearon en una pequeña sonrisa.

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Abril se detuvo frente a una sala de juegos, con las ventanas cubiertas de carteles para juegos como bolos, air hockey y laser tag. Se enfrentó a Samantha, con las cejas levantadas y las manos extendidas en un gesto de "¿Qué te parece?" Samantha se echó a reír.

-Dijiste que iba a ser cursi y cliché, pero es perfecto.

Entraron y Abril inmediatamente arrastró a Samantha hasta la bolera. Cambiando sus zapatos por unos especiales y se dirigieron a su carril.

Señas | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora