Capítulo 9

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Abril llegó a casa del trabajo el lunes y encontró a Amairani y Filis buscando comida en su refrigerador. Puso los ojos en blanco mientras entraba con una pila de cajas de pizza, colocándolas en el mostrador.

-Dios te bendiga Garza, me muero de hambre. -dijo Filis, mientras se abría la caja superior. Abril sacudió la cabeza hacia Amairani, sonriendo mientras se quitaba el abrigo.

-Entonces, ¿Cómo estuvo la cita? -Amairani comenzó. Abril le lanzó una mirada exasperada, recogiendo una de las cajas de pizza y sentándose en el sofá. Amairani y Filis se unieron a ella, esperando que Abril volviera a poner su porción de pizza en la caja antes de volver a gesticular.

~Salió bien, nos divertimos mucho.

-¿Realmente la llevaste a la sala de juegos? -preguntó Filis, encendiendo el televisor.

Abril asintió, una sonrisa tímida iluminó su rostro. Sus manos formaron diferentes formas en el aire cuando les contó sobre su noche, dejando de lado algunos detalles. Sin embargo, Amairani no era estúpida.

-Entonces, ¿Ya la besaste? -Amairani preguntó sin rodeos. Abril se atragantó con su pizza, sintiendo sus mejillas calientes cuando su rostro se puso rojo. Se tragó el bocado y tomó un sorbo de su bebida, tratando de evitar la pregunta de su hermana.

-Bueno, eso es un sí. -concluyó Filis, riéndose de la cara de Abril- Parece que nuestra pequeña Garza tiene algo de juego, ¿eh? -él se rió y empujó juguetonamente el hombro de Abril.

Abril puso los ojos en blanco de buen humor, sonriendo hacía su regazo mientras pensaba en Samantha besándola anoche.

~Sí, tu mensaje de texto tuvo un gran momento anoche Ama ~Abril gesticuló.

Amairani se cubrió la boca con la mano mientras intentaba no reír, y Filis se volvió hacia él.

-¡Ama no lo hiciste! -Filis lo reprendió.

-¡Lo siento! Supuse que tu cita habría terminado para entonces... -se rió Amairani, levantando las manos en su defensa. Abril dejó escapar una risa silenciosa, sacudiendo la cabeza mientras sonreía.

-Entonces, ¿Cuándo podemos conocerla? -preguntó Filis, mirando expectante a Abril, cuyos ojos se abrieron al pensarlo.

-Sí, nos encantaría conocerla, ¿Tal vez puedas llevarla a las bebidas del viernes por la noche para compensarnos el viernes? -Amairani preguntó, con una sonrisa petulante en su rostro. Abril gimió internamente, no había forma de que saliera de esta.

~Le preguntaré si está libre ~Abril gesticuló, sus hombros subían y bajaban mientras dejaba escapar un suspiro dramático~ Sin embargo, no puedo hacer ninguna promesa ~agregó mientras Amairani aplaudía, sonriendo triunfante.

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Era casi la hora del almuerzo del miércoles cuando Samantha entró en la biblioteca. Abril levantó la vista cuando se acercó a la recepción, su rostro se iluminó cuando se dió cuenta de que era Samantha.

-Hola, me preguntaba si podrías ayudarme a encontrar un libro. -preguntó la semirubia, guiñándole un ojo a Abril mientras sonreía. Abril le devolvió la sonrisa, poniéndose de pie y caminando para encontrarse con Samantha. Agarrando la mano de Abril, Samantha las condujo a uno de los pasillos en la parte trasera del edificio. Mirando a su alrededor para asegurarse de que estuvieran solas, Samantha agarró la cintura de Abril y la empujó contra una de las estanterías.

Los labios de Samantha encontraron los de ella cuando las estanterías chocaron contra la espalda de Abril. Tomada por sorpresa por la intensidad del beso, las manos de Abril se apresuraron a detenerse en la estantería detrás de ella, sacando accidentalmente algunos libros del estante. El ruido sordo de los libros golpeando el suelo fue fuerte en el silencio de la biblioteca, y Abril sabía que la señorita Wast vendría a investigar.

Señas | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora