Capítulo 24

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Abril nunca había estado tan aliviada en toda su vida. ¡Ella podía sentir sus dedos!

Samantha se apresuró al hospital tan pronto como Amairani la llamó, diciéndole a Lety que cancelara el resto de sus citas del día mientras salía a toda prisa. Prácticamente corriendo hacía la recepción, Samantha preguntó en el mostrador dónde se encontraba Abril Garza y se dispuso a buscarla.

Cuando entró en la sala, vió a Abril sentada en el borde de una cama de hospital, con las piernas colgando sobre el borde mientras Amairani se sentaba en una de las sillas, hablando con ella.

Abril levantó la vista, casi como si pudiera sentir la presencia de Samantha. Su rostro se dividió en una sonrisa, y Samantha reflejó su expresión mientras corría hacía la cama.

Samantha sollozó mientras tiraba de Abril en un fuerte abrazo, besandola sobre su cabeza. Ella retrocedió, ahuecando la cara de Abril mientras sonreía entre lágrimas.

-Puedo sentir mis dedos de los pies. -Abril sonrió ampliamente, sus ojos llenos de lágrimas.

-Puedes sentir tus dedos de los pies. -respondió Samantha, riendo con incredulidad.

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Resultó que los graves moretones y la columna comprimida que Abril había sufrido en la parte baja de la espalda durante el accidente habian causado parálisis temporal mientras luchaba por repararse. Había una posibilidad muy alta de que nunca recuperara la sensación debajo de la cintura, pero por algún milagro, fue una de las pocas afortunadas.

Era como si les hubieran quitado un gran peso de encima. Esto era todo lo que Abril había deseado desde el accidente. Su optimismo regresó con toda su fuerza cuando juró que volvería a caminar, sin importar cuánto tiempo le tomara.

Aumentaron las sesiones de fisioterapia de Abril a tres días a la semana, haciendo un progreso real con la fuerza muscular de Abril y la sensación en sus piernas. Todas las mañanas, Samantha la llevaba a la piscina, aliviando la presión sobre las articulaciones de Abril mientras Samantha la sostenía a flote.

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Pasó otro mes después de que Abril sintió sus dedos de los pies por primera vez.

Era temprano un domingo por la mañana y Samantha la estaba ayudando a vestirse. Cuando agarró el pie de Abril para ponerle el calcetín, su dedo tocó la parte inferior del dedo gordo del pie de Abril. Dió la casualidad de que Abril tenía cosquillas y su dedo gordo se crispó en respuesta al toque de Samantha

-¡Oh Dios mio! -Samantha jadeó, sonriendo a Abril desde donde estaba agachada frente a ella- Acabas de mover el dedo del pie.

-¡¿Qué?! De ninguna manera. -Abril exclamó, empujándose sobre sus codos desde donde estaba acostada en la cama. Podía distinguir sus pies en el regazo de Samantha, una mano agarrando su talón mientras la otra sostenia el calcetin olvidado.

-¿Puedes hacerlo de nuevo? -preguntó Samantha, mirando los pies de Abril con asombro.

Frunciendo el ceño en concentración, Abril deseó que sus dedos se movieran. Muy levemente, logró mover a dos de ellos del pie derecho.

-¡Lo hiciste! -Samantha aplaudió emocionada, levantándose de sus cuclillas para inclinarse hacia adelante y darle un beso a Abril- Tendrás que mostrárselo a todos esta noche. -Samantha sonrió, su rostro lleno de alegría.

Estaba tan feliz que sintió que podia estallar, Abril realmente estaba mejorando.

Esta noche estaban en la pizzería favorita de Molly, amontonados alrededor de una mesa mientras devoraban tres pizzas gigantes entre los cinco.

Señas | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora