QUINCE

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Gabriel

Mi ira explotó contra Regina, la eché de mi casa, en realidad, quería matarla. Debería haberme matado a mí mismo por hacerle daño a Sara. Llevo un mes sin verla y he estado muerto en vida, nadie me cuenta nada sobre ella, sigue trabajando para mí como contable, he intentado verla en la empresa, pero me evita, huye de mí. Debería haber alejado a Regina de mí hace mucho, no dejaba de molestar a Sara y no hice nada.

Lanzo el vaso de whisky contra la pared, mis hermanos me miran confundidos.

—¿Qué coño miráis?— les pregunto molesto.

Héctor baja la cabeza al informe que estaba leyendo, en cambio, Dani me fulmina con la mirada, ha estado enfadado conmigo, bueno, tengo noticias, yo también estoy enfadado con él por negarse a darme información de Sara. Ni siquiera he podido sacarle información a Amara, ahora todos parecen serles leal a Sara, en vez de a mí.

—¿Tienes algún problema?

—Sí, tú eres el problema— contesta mi hermano.

Me subo por encima del escritorio, agarro a Dani por el cuello.

—Gabriel, suéltalo— me dice Héctor.

—Déjalo, es lo único que sabe hacer— dice Dani con dificultad— Porque al parecer, no sabe hacer respetar a su novia.

Lo golpeo con mi puño, Dani cae al suelo, me subo a horcajadas sobre él.

—¡Papá!— grita Héctor mientras intenta separarme de Dani.

Mi hermano se defiende devolviéndome el golpe.

—¡Gabriel basta!— grita Héctor.

Consigue separarme de mi hermano.

—¡¿Te la estás follando?!— le grito a Dani.

Mi hermano niega con la cabeza a la vez que mi padre entra en el despacho.

—Jamás te traicionaría, Gabriel— dice mi hermano.

—¿Qué está pasando aquí?— pregunta mi padre.

—Más te vale no haberla tocado o te mataré— amenazo a mi hermano.

Mi padre me empuja por el hombro, mi espalda golpea contra la pared, me sostiene fuerte para que no pueda moverme.

—¿Te estás escuchando?— me pregunta— Tus hermanos jamás te traicionarían de esa forma, Gabriel. Mira lo que ha hecho Regina contigo por dos putos besos que no fuiste capaz de detener.

—La empujé— me defiendo.

—Deberías haber hecho más, el único culpable de haber perdido a Sara eres tú, cuando se te olvide mírate al espejo.

Mi padre me suelta.

—Ahora arreglaos, la fiesta en casa de los Stwart es en unas horas— nos ordena mi padre.

Mis hermanos se retiran, me siento en mi silla de cuero y agarro mi teléfono, todas las últimas llamadas han sido a ella, ninguna ha sido contestada. Aun así, lo sigo intentando, como de costumbre, salta el buzón de voz, creo que me ha bloqueado.

Una hora más tarde, estoy listo para ir a la fiesta en casa de los Stwart, espero ver allí a Sara y hablar con ella. Me pondré de rodillas si es necesario, necesito que me perdone por haber sido un idiota. Me deslizo por los asientos de la limusina que mi madre ha alquilado para nosotros, ella se sienta a mi lado.

—¿Quieres que hable con ella?— me pregunta.

Niego con la cabeza. Soy yo quien debe hablar con Sara y suplicarle que me perdone, soy yo quien debe arrastrarse por sus pies. Amara y Héctor son los últimos en entrar en la limusina, mi hermano la ayuda a sentarse. Desvío la mirada de ellos a la vez que la limusina se pone en marcha. No hablo durante todo el camino, pero siento los ojos de Dani sobre mí, debería disculparme con él también, no debí arrojar mi ira contra él, no tenía la culpa de nada. La limusina se detiene en casa de los Stwart, me quedo sentado en el asiento esperando a que todos bajen, mi hermano pequeño hace lo mismo.

EL PATRÓN #2 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora