SEIS

2.4K 198 24
                                    

Gabriel

Siento el calor de otro cuerpo junto al mío, su olor me gusta, me gusta mucho. Hundo mi nariz en su pelo, mi mano viaja por sí misma hacia abajo, buscando su centro del placer, está desnuda. Mi mujer sabe lo que debe hacer, en mi cama conmigo siempre debe estar así, preparada y dispuesta. Meto mis dedos por sus pliegues, el pequeño manojo de nervios comienza a despertar, se hincha bajo mi toque, la humedad crece en su estrechez. Me pongo sobre ella y la abro de piernas, la empiezo a penetrar mientras la beso por el cuello, sus brazos me rodean la espalda.

—Mi amor— susurro.

Honey— gime.

Muevo mis caderas más rápido, sus gemidos se intensifican y siento cómo me voy engrosando en su interior, preparado para disparar el semen dentro de ella. La primera vez que lo hice me volví loco, la había marcado, ella ya era mía. Rodeo su garganta con mi mano, su pulso se acelera, su boca se abre levemente para dejar salir un gemido.

—Sara, ¿quiere más?

Asiente fervientemente, aún no ha abierto los ojos.

—Mírame— exijo— Quiero ver tus pupilas dilatarse cuando te corras.

Azul, me mira directamente a los ojos. Mis dedos se clavan en su cadera, ya tiene marcas en otras partes de su delicado cuerpo, quiero más, esas no son suficientes.

—Abre más, quiero llegar al fondo— gruño.

Ella obedece como una buena chica. Pego mi pecho al suyo, sus tetas se aplastan con mi peso, notos su duros pezones rozar mis pectorales y me encanta. Mi pelvis frota su clítoris con cada embestida. Joder. Me está apretando, grita mientras se corre por mi polla.

—Gabriel, lléname.

No hay más. Ella siempre obtiene lo que desea, me corro en su interior con un fuerte gemido. Aflojo el agarre en su garganta, luego rodeo su cuerpo con mis brazos y giro llevándola conmigo, se queda tumbada sobre mí con mi polla aún en su interior.

—¿Has descansado?— me pregunta.

—Sí.

—No vuelvas a quedarte toda la noche despierto, cuando necesites ayuda pídela.

—Héctor se va encargar a partir de mañana de las reuniones con los proveedores y los socios.

—Gracias, honey.

Sara levanta la cabeza.

—¿Por qué eres tan hermosa?

Ella sonríe. La acerco para poder besar sus labios, adoro a esta mujer, moriría por estar así siempre, en una cama besándonos y follando como locos. Sara rompe el beso, acaricia mi cara con las yemas de sus dedos.

—Tienes que comer— me dice— Y yo debería irme ya a casa, mi padre me ha estado llamando.

—No quiero que te vayas.

—Tampoco quiero irme, pero tengo que hacerlo, además, Patty ya ha faltado hoy a clases.

Sara se levanta de encima mío. Pongo mi brazo por detrás de mi cabeza, la observo coger su vestido del suelo.

—Deberías mudarte conmigo— le digo.

Sara sonríe.

—Tengo que terminar la universidad y sólo voy por el segundo año, me quedan dos más.

—Puedes estudiar desde aquí, te compraré un coche para que vayas a clases.

—No sé conducir.

—Te enseñaré.

EL PATRÓN #2 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora