VEINTINUEVE

2.6K 212 12
                                    

Gabriel

El dolor en la espalda me está matando lentamente. Sara no se ha separado de mí ni un solo momento. Finalmente, Doc me ha tenido que llevar al hospital para hacerme algunas pruebas. Ya me han hecho una radiografía y un TAC, me ha traído a una habitación privada para esperar a los resultados. Mi padre y Sara están aquí conmigo, ella está hablando con su madre por teléfono mientras la observo. Está hermosa, mucho más que antes, la maternidad le ha sentado bien, muy bien. Ha cogido algo de peso y está preciosa, su cuerpo tiene ahora más curvas que antes y sus pechos... Mierda, no debería estar pensando en estas cosas, pero es que están tan llenos.

—Joder— suspiro.

Ella me mira con el ceño fruncido.

Cuando vi a Héctor sujetándola por los brazos quise arrancárselos de un tirón. Luego vi a las tres pequeñas criaturas y mi mundo se derrumbó más de lo que ya estaba. He pasado más de un año sin ver a Sara, ha sido un infierno, cuando tuve el accidente hace diez meses casi muero. Lo último que vi antes de perder el conocimiento fue a Sara, ella siempre estuvo en mi mente. Fue por eso que le ordené a todo el mundo que no le dijeran nada sobre lo que me pasó, ya tenía suficiente con cuidar de tres bebés, no podía cargarla con más, quería estar listo para ella, quería volver a caminar para ir a buscarla y traerla a casa. Sin embargo, ella se me adelantó, volvió a casa antes de que yo pudiera ir a buscarla.

Sara suspira colgando la llamada.

—¿Todo está bien?— le pregunta mi padre.

—Sí, bueno, es Liam, no deja de llorar— contesta.

—Está muy apegado a ti, ¿no?

Ella asiente sonriendo.

—Fue el segundo en nacer, pero es el más mimoso, siempre necesita atención. Leo nació primero, es muy independiente, nunca se asusta y llora sólo cuando tiene hambre. Y luego está Lucy— Sara suelta una risita— Esa niña es...

—Una luciérnaga— murmuro.

Ella me mira.

—Sí, le encanta mandar, cuando Leo o Liam no le hacen caso les chilla.

—Una Patroncita— digo sonriendo.

—No te lo imaginas, siempre tiene que ser la primera en comer o gritará tanto que te dejará sordo.

Mi padre se ríe. Miro al techo, me he perdido tanto de ellos. Sara toma mi mano, su tacto me quema la piel, pero me gusta.

—¿Te sigue doliendo?

—Estoy mejor. Sara, lo siento.

Me pone una mano en la boca.

—Ya hablaremos de eso cuando te hayas recuperado del todo— me dice.

Asiento, Sara quita la mano de mi boca. Me sonríe con picardía.

—Golpeé a Bastian en la cara— me dice— Y a Jairo, Regina, a Dani, a ti y, por supuesto, a Héctor.

—He tenido suerte— dice mi padre.

Sara se ríe. Levanto su mano y la mía y le doy un beso en el dorso.

—Leo se parece mucho a ti— me dice— Es calmado, le gusta tomarse todo con calma.

—Quiero conocer a los tres, hacerlo bien esta vez.

—Te ayudaré— me dice con una leve sonrisa.

Doc entra en la habitación.

—¿Cómo está la espalda de Gabriel?— le pregunta Sara.

EL PATRÓN #2 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora