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17.

Mis padres no dejan de sonreír mientras Andy les muestra sus pasos de baile.

Finneas y Claudia graban todo como siempre.
Y Mabel, sólo mira su celular y debés en cuando a Andy.

Quería acercarme pero puedo incomodarla.

Mire a mi madre quien me guiño el ojo y me señaló con la cabez a Mabel.

Negué y ella suspiro.

“Esfuérzate”.

Leí en sus labios.

Mire a Claudia quien me sonrió y volvió a mirar a Andy.

Me levante de mi lugar y con cuidado camine hacia ella.
Me senté a su lado sin decir alguna palabra.

-¿Quieres más agua? - ella me miró un momento y después negó.

Volvió a mirar su celular.

Ella ya no me miraba como antes, y eso me dolía, me hacía saber cuanto daño le hice.

-¿Quieres algo de comer?, aún quedan pedazos de pizza.
-Así estoy bien.

Suspiré un poco y mire a mi madre sonriendome.

Me quede en silencio y saque mi celular para tratar de no sentirme incómoda.

Claramente no funcionó, asi qué apague el aparato y volví a mirarla.

-¿Cómo va el trabajo?.

Ella apago su celular y miro hacia la pared.

-Bien.
-¿Mucho trabajo?.
-Poco.

Asentí y me quede en silencio, no sabía que más decirle.

-¿Andy tiene clases el lunes?.
-No.
-¿Creés que pueda llevarlo algún lugar?.
-Tal vez.
-Finneas estaba pensando en que podía llevarlo a un museo.
-Bien.
-¿Entonces si lo dejas ir?.
-Sólo si lo cuidas.
-Ten seguro de que lo haré.
-Entonces todo bien.

Volvimos a quedarnos en silencio.

-Podrías venir tú también si gustas.
-Tengo cosas que hacer.

Asentí y mire mis tenis.

-¿Puedo preguntarte algo?.
-Ajam.

La mire de reojo.

-¿Te molesta mi presencia? - ella se encogió de hombros - Siempre que estoy a tu lado pareces estar incómoda.

Se encogió de hombros y suspiré.

-Puedes decírmelo si es así , no me molestaré.
-Claro - susurro.
-¿Entonces?.

Ella suspiro y me miró directo a los ojos.

-No me incómodas para nada, pero debes saber que no me apetece entablar alguna relación contigo. Ya tuve mucho de eso en el pasado.

Giro su vista.

-Así que deja de buscar sacarme plática, estas perdiendo tu tiempo.

Trague en seco.

Aquella Mabel cariñosa y amable había desaparecido.
Y todo era mi culpa.

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Mire la pared y suspiré.

-¿En qué piensas?.

Mire a mi hermano.

-En nada.

Se sentó a mi lado y me abrazo.

-Te noto algo cansada, ¿Estás bien?.
-Supongo que sí.
-¿Algún problema?.

Suspiré y asentí.