The Beach ( Jacegon)

13

Desde la charla íntima que tuve con Aegon habían pasado 4 días exactos, él y yo estábamos saliendo, pero nadie lo sabía y esto era por decisión de ambos, no era algo muy común ver una relación de incesto.

Yo había pasado tiempo junto a él y también dedicándole tiempo a mi pasión por el tenis, pero aún no habíamos tenido relaciones sexuales (no me veía capaz de cargar con la culpa de esto)

Aegon ya no se juntaba con Criston, ahora siempre nos poníamos juntos en trabajos y demás, pero el comía en soledad, yo le había comentado acerca de que se junte con nuestro grupo, pero él se negaba.

Estaba sentado en mi escritorio buscando información sobre un trabajo de historia, en este trabajo me había puesto con Daeron para hacerlo (se había peleado con Cregan)

- Daeron cuando piensas volverte a hablar con Cregan?- rebusqué una página en concreto del libro, el móvil yacía en el escritorio y estábamos en una videollamada.

- Nunca! Es un embustero! Dice que parezco un pato jugando al tenis!- no pude evitar reir.

- Daeron, es que lo pareces y tu mismo lo admites.- mientras hablaba una sonrisa divertida seguía en mis labios.

- Pero me da rabia que lo admita Cregan!- gritó y yo me aguanté una carcajada, lo que menos quería era terminar haciendo el trabajo yo solo.

- He encontrado algo que seguramente buscabas...- subrayé en color verde fosforito un renglón del párrafo que le tocaba a Daeron, el muy tonto se había dejado el libro en clases y le daba pereza ir a buscarlo.

- Te mando la foto, espera.

Daeron copió el texto en silencio, su letra era organizada (a comparación del dueño)

- Vale, entonces creo que mi parte la tengo lista...- mordió la punta del bolígrafo, le estaba viendo por la cámara del móvil.

- Bueno, me falta lo de la pirámide sobre el poder y todo ese rollo, eso te lo termino mañana en clases...- la puerta de mi habitación hizo que dejase de fijarme en Daeron.

Aegon entró con el maletín de las clases de piano, hoy llevaba una camisa blanca suelta y un pantalón vaquero simple, aún así todo le quedaba como si fuese un modelo.

- Daeron te llamo luego, vale? Aegon acaba de llegar.- no le di tiempo a que me respondiese y colgué, Aegon resopló con cansancio y dejó tirado el maletín en su cama.

Después giró sobre sus talones y se acercó a mí, me dejó un beso rápido en los labios.

Me percaté de que tenía esmalte de uñas color negro puesto en ambas manos, se le veían en algunas uñas algo desgastado el color; le quedaba bien y le embellecía la mano.

- Te pintaste las uñas?- Aegon se sentó en la cama y sacó (como siempre) una caja de cigarrillos para prenderse uno, después dio una calada.

- Si... No te gustan?- ladeó la cabeza, parecía un felino.

- No, al contrario... Me gustan.- afirmé fijándome en las manos, el dejó escapar una sonrisa.

- Pero, por qué te las pusiste?- los ojos de Aegon brillaron en diversión, supuse que iba a soltar una de sus bromas.

- Por si algún día me dejas tocarte la polla.- habló con una sonrisa traviesa en la cara.

- Serás capullo!- sonreí con diversión, luego le lancé algo que encontré en mi escritorio, era un lápiz de color.

- Nah, en realidad me las puse porque se ven bien y como toco el piano.- se levantó para devolver el lápiz que anteriormente le tiré.

- Qué estabas haciendo?- volvió a darle una catada al cigarrillo, ahora se fijó en los papeles que tenía sobre mi mesa.