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Era el día antes del partido de tenis, estaba nervioso como nunca antes. Rhaena se encontraba a mi lado y yo estaba volviendo a repasar contra quién jugaría cada jugador, aunque en realidad el único partido que importaba mayormente era el mío contra Cole.

Cosa que nada más pensarlo me generaba un nudo en la boca del estómago, Criston iba a odiarme aún más después del partido y esto sería independientemente de quien ganase o no.

Luego también estaba el tema de Aegon, las cosas estaban bien, nos queríamos y demás, pero se notaba una tensión entre los dos, pero ahora por muy cruel que sonase debía de fijarme en el tenis y no podía pararme a reflexionar en mis problemas amorosos (había intentado hacerlo y Aegon no pronunciaba nada)

- Jace, vas a ganarle a Criston. Lo estás haciendo genial!- Daeron me animó, yo estaba practicando varios saques con Rhaena; tal vez el problema sería si ganase a Criston, de que sería capaz? Sería capaz de pegarme?

Sí, definitivamente, pero igual eso no frenaría que le fuese a ganar.

Entonces me percaté de que un rubio estaba sentado en las gradas, me miraba fijamente y entendí que quería que me acercase, dejé las raquetas de tenis en el suelo y me acerqué con paso lento.

- Hola...- habló casi en un hilo de voz. Mi corazón se desbordó.

- Hola.- repetí. Me quedé de pie frente a él, expectante.

- Mañana voy a venir a verte jugar, espero que ganes el partido...- continúo, yo le miré algo decepcionado, esperaba una disculpa por su parte.- Jace, te he traído esto...- sacó de una bolsa que traía al lado suyo, la bolsa era color caqui, era de tela y era bastante grande. De ella sacó un pequeño peluche de perro color amarillo dorado.

- Te acuerdas del peluche que confesé habértelo comprado, mientras iba borracho?- habló, yo asentí con la cabeza.- Pues es este...- suspiró.- Perdón, admito que he sido un total capullo...- sus ojos esmeralda se encontraron con los míos, una descarga eléctrica me azotó.

- Por lo menos lo admites.- bromeé.

- Me... Me perdonas?- balbuceó al hablar, se veía demasiado tierno en ese momento sino hubiese sido por la gente del alrededor le hubiera dejado un beso en los labios.

En respuesta me senté al lado de él, luego deslicé mi mano hasta el y agarré su dedo meñique para luego agarrar su mano con firmeza.

- Esto quiere decir que si?- una sonrisa de calma estaba en su rostro.

- Sí...- no pude evitar acércame a el, cuando ambos nos dimos cuenta del acercamiento repentino sonreímos.

- Jace, hay gente... Y tus amigos nos están mirando.- musitó, yo observé cómo Rhaena y Daeron miraban confusos, mientras Cregan y Baela estaban sorprendidos.

- Me da igual...- expliqué y me atreví a dejarle un beso en el mentón, después me alejé.

Tomé al peluche entre las manos y lo miré con cariño, cualquier cosa que me regalase alguien importante tenía gran valor en mi, como si era una piedra, si el me la regala la guardaría con especial afecto.

- Sabes que mañana va a venir tu madre y también vendrá...- Aegon tragó saliva con ansiedad, yo volví a fijarme en él. - Va a venir mi madre y mis hermanos.- su pierna empezó un movimiento rápido y nervioso, aquello me descolocó, por qué mierda vendría Alicent? Sus hermanos me daban igual, pero Alicent... Ella había herido a la persona que debió de proteger, a su hijo. Mañana estaría entre nosotros y tendría que fingir alegrarme por su encuentro? No, de ninguna manera.

- Qué? Por qué?- intenté sonar tranquilo para aliviar a Aegon, cosa que parecía no funcionar a juzgar por como seguía estando en un mar de ansiedad.

The Beach  ( Jacegon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora