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Jace se alejó del cuerpo necesitado de Aegon para ir a buscar los condones y el lubricante.

Aegon seguía tumbado en la manta de las afueras, Jace dejó caer los objetos en la manta a un lado de ellos.

Sus cuerpos volvieron a unirse en besos fogosos, el rubio presionaba con constancia la erección dura de Jacaerys. Él empezó a desnudar el cuerpo de Aegon, primero retiró la sudadera y después la camisa. En el pecho descubierto brotaron besos húmedos y lametones por parte de Jace, después removió las demás prendas hasta que los dos quedaron desnudos.

En aquel instante eran solo dos hombres desnudos en una terraza cercana al lago, el paisaje los envolvía en un aura irreal.

El lubricante se extendió por el interior de Aegon, esto le hizo gimotear aferrándose a el césped con las manos, Jace que estaba frente a él observando cada movimiento lascivamente. Sus dedos se deslizaban en su interior y bailaban en él, esperando a que estuviese lo suficientemente dilatado para poder introducir su falo.

Después de varias maldiciones y embestidas la sensación cambió por la polla de Jace, que primero no se movió. A primeras la sensación fue estrecha y pegajosa y eso cometió que Jacaerys no se moviese, una vez pasaron unos segundos empezó a embestir lentamente.

De los labios de Aegon se escapaban maldiciones inaudibles, Jace se aferró completamente al cuerpo de Aegon y abandonó mordidas en la oreja de este.

Fueron minutos de pasión en los que los únicos sonidos eran sus gemidos, el sonido húmedo y lascivo de sus cuerpos chocando y el canturreo tranquilo de las aves.

Ambos se corrieron y quedaron tumbados en la manta en un lapso de tiempo prolongado.

- Creo que ha sido la cosa más rara que he hecho en mi vida...- habló jadeante Aegon y Jace no pudo evitar reír, le hacía risa el pensar que habían follado en el césped prácticamente.
























Esa noche cenaron algo ligero mientras conversaban de Harry Potter y de otras películas.

Aegon cayó rendido rápidamente, mientras que Jace se quedaba hablando un rato con sus amigos por teléfono. Cregan estaba sospechando sobre una relación entre Aegon y Jace, Baela ya lo sabía por error de Rhaena, que sin querer soltó un comentario.






















Jace era consciente de lo acostumbrado que estaba a ponerse a hacer por las mañanas cosas y dejar en la cama a Aegon, así que hoy decidió quedarse un rato... Bueno eso hasta que su madre le llamó al teléfono.

Jace salió de la habitación para no despertar a Aegon, que parecía estar teniendo un sueño intenso.

- Jace...- la voz de su madre sonó triste, eso alteró completamente la alarma de Jacaerys.- La policía ha analizado a Alicent y han encontrado que pudo haber un supuesto maltrato a sus hijos, Aemond ya la ha denunciado...- algo en el interior de Jace se quebró, no quería darle esa noticia a Aegon y menos ahora que le veía realmente feliz, pero sabía que tenía que hacerlo.

- El juicio será la semana que viene, Aemond y Helaena se han encargado ya de los abogados.- su madre suspiró con pesadez.
- Tienes que decirle a Aegon.- Jace tragó saliva con nerviosismo.

- Le diré luego, ahora está durmiendo.- respondió con nerviosismo. Pues no quería ser  la persona que le confesase esto a Aegon, le conocía y sabía que aunque esa mujer haya sido terriblemente cruel con el Aegon aún tenía algo de afecto en lo más profundo de su corazón y no quería verle sufrir.

- Te quiero.- susurró la madre al otro lado de la pantalla y Jacaerys la imaginó: Con ese pelo plateado, esos ojos violáceos firmes y enigmáticos, también con la sonrisa tan encantadora y cariñosa de su madre, Jace quería demasiado a su madre y le molestaba que varias veces no estuviese junto a ella, pero esto era por culpa de que ambos tenían una vida ocupada.

The Beach  ( Jacegon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora