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La vuelta a casa fue rápida para Aegon, el cual se quedó completamente dormido en el trayecto. Sin embargo, Jace estuvo despierto durante el largo camino.

El coche olía a manzana y fruta, la radio estaba puesta y de ella sonaba una vieja canción italiana que parecía gustarle a Corlys, yo estaba mirando el pelo rubio de Egg, también mi mente vagaba en los recuerdos de los días pasados en el lago.

Pero ahora había que volver de nuevo a la rutina y lo malo de todo esto era el asunto de Alicent.










































- Eres consciente de lo que has hecho?! Yéndote durante ese tiempo me has dejado solo con estos crueles seres!- dramatizó Daeron entre gimoteos, Baela puso los ojos en blanco, mientras que Cregan se planteaba sobre tirarle su bebida por encima.

Jace empezó a reír con sus amigos (les había echado de menos)

Aegon en cambio, parecía ausente. Sus ojos vagaban sin rumbo por la habitación repleta de gente, sus ojos se veían más apagados de lo normal. Jace sintió un revoltijo en el estómago. En cambio la mente de Aegon era una tormenta de emociones: Culpabilidad, rabia, nostalgia y lo que más reinaba en ella era dolor. Las voces de su cabeza eran un constante caos incesable.

Los paliduchos dedos de Aegon se acercaron a tocar uno de los pepinos de su almuerzo (este estaba intacto) luego vaciló y lo masticó con desgana en la boca, sus dedos no tenían pinta uñas y eso era raro en el, siempre tenía las uñas pintadas de color negro.

- Egg, estás bien?- preguntó, Jace deslizó su mirada desde la comida hasta el rostro paliducho de Aegon. El rubio admiró el apodo en silencio. Rhaena y los demás contemplaban a Aegon.

- Sí...- mintió, sentía que estaba a punto de morir de la ansiedad oprimida en su pecho, incluso podía jurar que le costaba respirar, pero no quería alertar a Jace.

Ambos fueron a la siguiente clase, era Biología, Jace atendió e hizo apuntes (tratando de ser organizado), Rhaena y Baela hacían apuntes ordenados, aunque en ocasiones Rhaena le preguntaba a su hermana por lo que ponía en la pizarra; Cregan intentaba concentrarse y le era imposible por culpa de Daeron, estaba haciendo aviones de papel y en varios momentos masticaba caramelos de fresa.

- Quieres estarte quieto?!- demandó Cregan al rubio, aquello fue un susurro, pero aún así era en un tono elevado. Cregan dejó de juguetear con la hoja de papel.

- No puedo.- musitó molesto y sus dedos volvieron a trazar figuras en el papel. Cregan bufó.

Aegon en cambio, no estaba prestando atención, ni siquiera sabia en la asignatura que estaba. Solo deseaba salir para telefonear a su hermano y aclarar el juicio. También tenía en mente la presentación de piano, aquella presentación que sería prácticamente en nada.

















Aegon salió cuando las clases terminaron, a esa hora todos sus amigos irían a tomar algo, el simplemente no podía aguantarlo más y necesitaba oír la voz de Aemond.

- Hola...- pronunció una voz gélida, era el inconfundible tono de su hermano.

- Estáis bien los dos?- preguntó con nerviosismo el rubio, una risita salió del teléfono.

- Mejor que tú por lo que deduzco.- Aegon río con nerviosismo, algo en él se había apaciguado en su interior. - Pero, qué es lo que te preocupa en realidad?- preguntó después de unos segundos pasados Aemond.

- Y si...- titubeó.- Y si no meten a mamá en la cárcel? Y si perdemos el juicio?- las uñas de Aegon empezaron a ser mordidas ansiosamente, tanto que unas gotas de sangre brotaron por haber mordido tanto la uña.

The Beach  ( Jacegon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora