EPÍLOGO

4.4K 424 114
                                    

-El clima es un poco más caluroso, la verdad. Compraremos ropa más fresca para ti- Paula ubica la gorra sobre la cabeza de su novia con una sonrisa. Gesto que es correspondido por la francesa.

-Tu mamá estaba escribiendo ahora, mi amor. ¿No le avisaste que habíamos llegado?- la ojiverde hace una mueca negando con la cabeza- Hazlo- asiente buscando su teléfono y hablando posteriormente con su madre.

Paula tenía razón. El clima en Cancún era mucho más caluroso que es ciudad de México, entendía que por el hecho de tener al mar y la costa tan cerca. Termina de desmaquillarse y sale al pasillo fuera de la habitación donde su novia se despide de su madre y la mira con una sonrisa.

-Te manda saludos, ¿vamos?- bajan juntas hasta la recepción del hotel donde un auto las esperaba.

-¿Sabes cuanto tiempo falta para que lleguen?

-Tal vez un par horas, cielo- le da un beso corto en los labios y cuando llegan al centro comercial ambas se bajan, buscando los minutos siguientes ropa más fresca para Scarlett que había empacado pocas cosas- Me gustaría verte con esto- le mostró una lencería blanca- es fresca- ante el comentario, Scarlett ríe quitándosela de las manos y dejándola de nuevo en su lugar.

-Demasiado atrevida, Garrido- rieron. Empezaban a sentir el aroma de cosas buenas empezar a pasar. Unir su nueva unión, inquebrantable. Fuerte. Intensa. Su relación que parecía imposible y lejana, que terminó por empezar a contar su realidad desde el amor. Sabiendo ambas, que sacrificaron mucho, perdieron mucho, pero ganaron la esperanza de nuevas opciones, pasos y horizontes.

No cambiarían nada. Todo estuvo en su camino para algo, por algo, no había nada más que les afectara.

Mientras recorrían las tiendas buscando ropa para Scarlett, una llamada las detiene en mitad del pago. Paula se aleja de su novia para responder y descuelga soltando un suspiro ante el número desconocido y privado.

-¿Hola?

-Agente Garrido- frunció el ceño. No era la voz de Verónica o Kamille, y no tenía mucho sentido aquella llamada.

-¿Disculpe quién habla?

-Soy Michelle Fond, le llamo desde las oficinas del FBI- sintió el corazón latir de golpe, muy rápido e intenso.

-¿Si?- casi sintió ahogarse con el propio aire. Las manos le temblaron y sintió sudar.

-Tenemos entendido que se encuentra en días de descanso determinados por un doctor después de pasar algunos días en el hospital, no deseamos molestarle, sin embargo, si queríamos informarle que queremos que haga parte de nuestro equipo de trabajo, y si es posible en los siguientes días presentarse en nuestras oficinas. Según entendemos, su tiempo de trabajo en la estación de California expiró, y sabemos la gran agente que es. Así que le ofrecemos un lugar en nuestras filas por su labor en la captura de Davis- cerró los ojos por unos segundos y se llevó las manos a la cara.

No podía creerlo.

Había buscado una oportunidad allí hace algunos años, pero no logró entrar. Y ahora eran ellos quienes la buscaban y querían de sus servicios como policía. Sonrió. Su proceso no había sido fácil, el camino le mostró obstáculos que ella había sabido superar, y entendía esta oportunidad, como una recompensa a todo esto. Ella había trabajado bien, y ahora las cosas serían buenas.

-Por supuesto, me encantaría. Estaré en la ciudad los próximos días, y me tendrán a toda su disposición, gracias. Muchas gracias por la oportunidad.

-No le quito más su tiempo, agente. Gracias y bienvenida a nuestro equipo de trabajo- la llamada se cortó y giró su cuerpo encontrándose con Scarlett y las bolsas en sus manos. Corrió hasta chocar con su cuerpo rodeándola en un abrazo efusivo, en el cual casi solloza.

SOÑARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora