Cuando llegué a la editorial los funcionarios me recibieron con una sonrisa. Entre ellas estaba la de Susana que se instalaba como gerente del lugar. Caminé detrás de ella entrando a la oficina y cerrando la puerta. Se giró hacia mi y sonrió.
-Hola, hola.
-¿Cómo estás? ¿Cómo va todo?- me senté en una de las sillas.
-Bastante bien. Estoy terminando con esto ¿te gusta?- asentí viendo toda la decoración.
-Esta preciosa está oficina, Kamille te está consintiendo mucho- la escuché reír- pero te lo has ganado.
-Gracias- suspiró setandose del otro lado del escritorio- ¿Estabas con ella?
-No, bueno fui a verlas en la mañana. Estaba con un amigo- levantó sus cejas con rapidez.
-¿Un amigo?
-Si, un amigo- me reí haciendo una mueca- ¿lista para dirigir la editorial?- hizo una mueca.
-Haré lo mejor, y daré lo mejor de mi- asentí.
-Estoy segura que así será- sonreí.
-¡Hola!- pegué un salto en la silla al escuchar llegar a Eric- Oye, que alterada estás- rió y me besó la mejilla yendo a saludar a Susana. Negué con la cabeza pero sabía que él tenía razón. Estaba bastante inquieta desde que vi a Paula irse con su novio y no había tenido respuestas del todo serias de su parte, y aunque no quería que me preocupaba, me preocupaba aunque no debería. Ella resolvería todo con su novio, no debía meterme.
-¿Cómo estás Eric?- se sentó a mi lado con una sonrisa y su elegante traje gris.
-Bastante agotado. Poner en orden la editorial es trabajo difícil- hizo una mueca y me miró- ¿Y tú?
-¿Yo qué?- rió.
-Jamás has hablado- Susana me miró extrañada.
-¿sobre qué?- fruncí el ceño y el giró los ojos. La paciencia no era el mejor atributo de los Dupont.
-De lo que pasa entre tú y Paula.
-¿QUÉ?- Susana se levantó de la silla- ¿Por qué soy la última en enterarme de todo?- se quejó- ¿Paula y tú?
-No- levanté la mano- somos amigas, Eric.
-Amigas que se besan.
-¡Qué?- Me cubrí el rostro con las manos.
-No. Eso fue... nada. Somos amigas y tengo trabajo, adiós.
-No huyas, cobarde- Eric me señaló.
-Saludos a Damien. Adiós- les lancé un beso y salí de la oficina dirigiéndome a la mía. El tema de Paula estaba siendo demasiado protagonista en mi vida. Ella y yo habíamos aclarado todo en Francia y decidimos ser sólo amigas. Paula estaba con su novio y pasaron meses desde nuestro último y bastante complicado beso. Beso que yo di por un impulso tonto, después de una conversación bastante extraña. Suspiré sentándome detrás del escritorio y empecé a recibir algunos contratos de alianza con algunos escritores que llegarían a la editorial. Quería tener algunos contratos listos para cuando Kamille regresara de su luna de miel. Pensé un segundo en la propuesta de Aaron. La verdad es que no me tentaba en absoluto. No quería hacerme responsable de los negocios de alguien con quien sólo compartía confianza sexual.
Estaba todo bien así, y prefería que las cosas se quedaran con esa distancia.
***
-¿Y Kamille?- Paula llegó con los cafés y me entregó uno.
-Se fue- suspiré- no queria hacerle pasar un momento peor a Verónica- asintió y se sentó a mi lado soltando un suspiro pesado. No dimensionaba el cariño que le tenía Paula a la familia de Verónica y a Ainhoa. Estaba bastante preocupada y la forma en que su lenguaje corporal me indicaba que estaba bastante estresada- Ella estará bien. Está de vuelta- la miré y recostó su cabeza en la silla, cerrando los ojos. La gorra que tenía no le permitía a la luz ilumniar del todo su rostro, pero me parecía una mujer bonita. Con facciones suaves. Demasiado, para poder creer que ejerciera una profesión tan... dura.

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SOÑARTE
Roman d'amourTal vez cuestión de química o conexión. La sensación de comodidad que abraza al alma y la condena a la unidad. A la rareza. A la libertad. La rudeza y la elegancia. La fuerza y la suavidad. Una verdad escondida entre sueños y estrellas disfrazadas...