CAPÍTULO IV

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SCARLETT

-Buenas noches- asomé mi cabeza en la habitación y Paula me recibió con una sonrisa.

-Hola Scarlett, hace tanto tiempo no te veía- su tono irónico me hizo reír y entré a la habitación. Había ido a buscar algunas de mis cosas a la casa y cambiarme de ropa antes de venir a cuidarla. Me había tardado más de lo que esperaba, pero tenía entendido que los padres de Verónica la cuidaron por bastante tiempo, y eso me tranquilizaba.

-¿Cierto? Mucho tiempo- dejé el bolso a un lado y ella hizo una mueca- ¿Cómo te sientes?

-Bien, mucho mejor.

-Mi presencia te ayuda mucho, lo sé- hice una mueca y ella soltó una risa, asintiendo no muy convencida- Espero hayas comido- hizo una mueca y giré los ojos- Paula, eres tan insoportable.

-También tú, esa comida es horrible.

-Sólo será por poco tiempo, no seas cobarde.

-Perseguí un delin...

-Ya, ya hablaste conmigo de tu acto heróico que casi te mata- hizo una mueca y el celular sonó en mi mano. En la pantalla una solicitud de videollamada de Verónica apareció en la pantalla. Descolgué y me encontré con el rostro de la española sonriente del otro lado.

-¡Hola!- saludó con la mano.

-Hola, Verónica- sonreí y ubiqué el celular frente a Paula.

-¿Que tal le va a la señorita recién casada?- Verónica rió.

-Definitivamente mejor que a la recién accidentada- levantó las cejas y solté una risa. Paula me miró mal.

-¿De qué lado estás?- me miró ofendida.

-Del que tenga los mejores chistes, evidentemente.

-Mi amor, ¿ya?- La voz de Kamille se escuchó.

-Si- Segundos después apareció su rostro sonriente con Jeremie en la espalda.

-¡Tía Paula!- saludó el pequeño con la mano y la misma sonrisa de su madre- ¡Te extraño mucho! Quiero verte pronto y que te sanes para jugar a las luchas.

-Cuando regreses estaré perfecta.

-¡Oye, ingrato! ¿A mi no me extrañas?- me quejé fingiendo molestia y rió.

-Si tía, Scar. Pero tu no estas accidentada- lo vi sentarse en las piernas de Verónica.

-¿Debo accidentarme para que me extrañes?

-No seas celosa- Paula rió.

-¡Cállate, invalida!- golpeó mi brazo.

-Las quiero a las dos- finalizó Jeremie lanzándonos un beso.

-Al parecer la convivencia está siendo bastante... sana- Kamille apoyó su brazo en el hombro de Verónica.

-¿Tiene Veromille algún consejo que excluya la discusiones, diferencias y enfrentamientos para tener relaciones sanas?- Paula sonrió

-Si, sobretodo ustedes que siempre mantuvieron la fiesta en paz- rieron.

-¿cómo te sientes?

-Bien, los golpes me duelen un poco menos. Además, debo estar bien pronto para estar en la fiesta de tus padres el cien por ciento- rió asintiendo.

-¿No es algo lindo que quieran casarse otra vez?

-Si, pero no puedo mantener regalando cosas si entre tú y tus padres se les ocurre hacer bodas cada mes- Me reí.

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