Capítulo 2: Changing tack

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Cuando Harry se despertó, decididamente bien descansado a pesar de los acontecimientos de la noche anterior, se encontró en una habitación que no reconocía. La cama con dosel tenía sábanas sedosas de color oscuro y en la habitación predominaban los tonos terrosos y mucha madera. En una esquina había un gran armario con dos puertas de madera, posiblemente de roble. Al salir de la cama, en la que cabían cuatro personas, vio su bata y su corbata sobre una silla. Sus zapatos habían sido colocados a su lado. La primera puerta que abrió daba al cuarto de baño, donde hizo sus necesidades y se lavó rápidamente. La otra puerta daba al salón, donde él y el profesor Snape habían hablado ayer. El profesor estaba sentado en su silla con una montaña de pergaminos ante él, aunque Harry estaba seguro de que no eran ensayos, ya que la tinta que se utilizaba no era roja.

-Buenos días, profesor. Siento haberle robado la cama-.

-Tonterías señor Potter, de todas formas he estado despierto toda la noche así que no ha sido ninguna molestia. Llamaré para desayunar y luego discutiremos su situación-. Llamó a -Mimsy, el desayuno, por favor- y apareció un elfo doméstico con desayuno para dos. Al ver la mirada inquisitiva de Harry, le explicó. -Mimsy es la elfa doméstica que me asignaron cuando entré a formar parte del personal. Conozco el empeño de tu amiga por liberar a todos los elfos domésticos y debo decir que, por una vez, ha pasado por alto muchos datos en su búsqueda. Los elfos domésticos prosperan con la magia de sus amos una vez que han entrado a su servicio. Sin un maestro mueren lentamente. Ciertamente hay quienes abusan horriblemente de sus elfos, pero lo mismo podría decirse de los niños, ¿no cree?-.

Harry asintió, con la cuchara que estaba usando para sus gachas aún en la boca. Era una explicación muy sensata y no pudo evitar preguntarse por qué nadie más se había molestado en informar de ello a Hermione. Mimsy, la elfa doméstica, había preparado tostadas, huevos con beicon, gachas y un cuenco con fruta. Como Harry aún se estaba recuperando de la desnutrición de aquel verano, dejó el beicon y los huevos, por encontrarlos demasiado pesados para el desayuno. A continuación, el profesor Snape le puso tres pociones junto al plato. -Estas son para fortalecer tus huesos, reparar tus órganos internos y reponer los elementos esenciales que aún te faltan. Todas ellas son necesarias para corregir los daños causados por la desnutrición que has sufrido durante tanto tiempo-.

Harry parecía angustiado; no había pensado que su estado fuera tan grave. -Señor, ¿podría explicarme con detalle el escáner que le hicieron ayer y las repercusiones del mismo?-.

-Desde luego, señor Po... Harry, pero hay otro cambio importante que tendremos que discutir primero, ¿le parece bien? Bebe tus pociones primero, son muy importantes para tu recuperación-. Después de beberse las pociones (qué asco, ¿no podían tener mejor sabor?) y de recoger los platos, se pusieron cómodos para lo que prometía convertirse en una larga discusión.

-Después de acostarte ayer, inicié los trámites necesarios para la adopción. Tu situación es insoportable y no podía dejar que siguiera así. Por supuesto, hay muchas complejidades cuando se trata de adoptar a un heredero de otra Casa. Por favor, espere un poco más con sus preguntas. Sin embargo, la Antigua y Noble Casa de Prince está en igualdad de condiciones con la Antigua y Noble Casa de Potter. Como el único descendiente que queda, he sido elegible para tomar el manto de Lord Prince durante bastante tiempo. Por razones propias no lo había hecho, hasta ayer por la tarde. Al adoptarte te convertiré en mi hijo y heredero y tendrás la protección de dos Casas. Si quieres puedo convertirme en regente de la Antigua y Noble Casa Potter, o puedes elegir a otro-.

-¿Por qué querrías que yo, el hijo de tu matón, me convirtiera en el tuyo?-.

Severus miró cariñosamente al desconcertado niño que tenía delante. -No negaré que tener al hijo de Lily como propio es una ventaja, pero veo parte de mí mismo en ti. Acosado, con pocos amigos, descuidado. Yo mismo he pasado por todo eso, pues mi padre, un muggle, no era un hombre bueno ni siquiera amable. No soporto el maltrato infantil y no se me ocurren otros candidatos aceptables. Ya no te odio, ayer despertaste mi interés y creo que algo de instrucción básica, que nunca tuviste, te vendrá muy bien en tus estudios. Pero lo más importante es que quiero que puedas tener una infancia adecuada. Te la has ganado con creces con todo lo que has tenido que pasar-.

AN OATH OF TRUTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora