AN OATH OF TRUTH

Capítulo 4: Headaches

El lunes siempre era un día terrible para Harry, ya que tenía COMC con los slytherins y un bloque doble de Adivinación por la tarde. Este podría ser diferente, pero Harry no tenía muchas esperanzas. Después de todo, tenía Herbología a primera hora de la mañana con los Hufflepuff. En el bloque doble, después de comer, haría las pruebas de nivel de Runas Antiguas y Aritmancia. No le había dicho nada a Hermione de que fueran tan pronto, pues sabía que se asustaría.

Desde que Hermione había empezado las asignaturas, Harry las había estudiado a escondidas de sus libros y de la biblioteca. Temiendo la reacción de Ron ante dos amigos estudiosos, había fingido problemas de estudio desde su primera semana. Ahora que el aire estaba despejado entre ellos, podía dar rienda suelta a su ravenclaw interior. En su infancia, la biblioteca había sido un respiro del acoso de Dudley y había alimentado el intelecto que se había visto obligado a ocultar. No estaba al nivel de Hermione, pero sin duda podía situarse entre los mejores de su curso. Diablos, estaba seguro de que si Ron se concentrara realmente en sus estudios, obtendría por lo menos EE en todo.

Mirando a su amigo, que había estado paleando comida como si estuviera pasada de moda, hizo la promesa de ayudar a Hermione a conseguir que Ron hiciera sus propios deberes de calidad. Tomando nota de la hora, le dio un codazo a Hermione y golpeó a Ron con un pie. -Hora de ir a los invernaderos. No queremos que la profesora Sprout se enfade con nosotros-.

Ron tragó su último (enorme) bocado de comida y Hermione guardó el libro. De verdad, ¿por qué sus amigos tenían unos modales tan atroces en la mesa? Hermione podía regañar a Ron para que comiera más despacio y no hablara con la boca llena, pero leer mientras se comía era igual de malo en opinión de Harry. Podía hacerse una excepción con el correo y el periódico de la mañana, pero nada más.

Los Hufflepuff ya estaban esperando en los invernaderos y Harry se preparó para las acusaciones y las miradas. Después de todo, les había robado su gran momento. Sin embargo, nada de eso ocurrió y Justin, el compañero habitual de Harry, incluso se acercó mientras asentía amistosamente.

-Hola Harry. Sólo quería decirte que nadie te culpa del fiasco del sábado por la noche. Cedric explicó a los años más jóvenes la importancia del juramento que hiciste y hemos decidido que tienes todo nuestro apoyo y protección-. Harry sólo pudo mirar a Justin con los ojos húmedos. -Cedric te reclamó anoche como hermano pequeño honorario, convirtiéndote así en tejón honorario. Los tejones cuidamos de los nuestros-. Todavía totalmente sorprendido Harry balbuceó un gracias, inmensamente agradecido de que la profesora Sprout eligiera ese momento para invitar a la clase.

-Bienvenidos clase. Hoy vamos a trasplantar bulbos saltarines jóvenes. Tengan cuidado con cómo los manipulan, ya que un agarre fuerte puede hacer que se sientan amenazados y, en ese caso, los golpearán. ¿Alguien puede decirme para qué sirven los bulbos saltarines?-. La mayoría de las manos levantadas eran de los Hufflepuffs; Hermione y Neville eran las respuestas habituales del lado de Gryffindor. Harry, sin embargo, había leído sobre la lección de hoy y, por lo tanto, confiaba en rendir adecuadamente. Él también levantó la mano y la profesora Sprout le dedicó una pequeña sonrisa.

-Sí, señor Potter-.

-Los bulbos saltarines se usan en la Poción Pompion, profesora-. Respondió Harry cortésmente.

-Excelente, cinco puntos para Gryffindor. Quizá pueda decirme también en qué estado hay que añadirlas-. Preguntó la profesora Sprout.

-Los bulbos tienen que estar conectadas a tierra profesor-. Concediendo otros cinco puntos, la profesora Sprout se volvió hacia la clase para seguir explicando el procedimiento de trasplante.

Harry miró a Neville y no pudo evitar preguntarse por qué su aptitud en Herbología no se trasladaba a Pociones. Decidió hablar con Neville al respecto y ofrecerle su ayuda si la necesitaba.