Capítulo 5: Confessions and adjustments

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-No creo que los dementores te encuentren aquí, Siri. Demasiado cálido y soleado, aunque ciertamente no ha sido fácil viajar hasta aquí-. Sirius levantó la vista sorprendido por aquella voz tan familiar e inesperada.

-¡Remus! ¿Qué haces aquí? ¿Y cómo me has encontrado?-.

-Soy un hombre lobo, Sirius, y tú eres de la manada, lo que significa que puedo usar mi instinto buscador en un mapa para encontrarte-. Continuó rápidamente al ver los destellos que aparecían en los ojos de Sirius. -En cuanto a mi razón para venir aquí, Harry escribió una carta sobre los recientes acontecimientos en Hogwarts y quería que yo diera la noticia. Ahora, ¿tienes algún lugar relajante?-.

Sirius encabezó la marcha mientras repasaba mentalmente todas las posibles catástrofes que podrían haberle ocurrido a Harry. Sabía que debería haberse quedado más cerca de Harry, pero Perú era una antigua propiedad del tío Alphard y no tenía tratados de intercambio con el Reino Unido. Aquí había podido descansar y recuperar parte de su antigua fuerza. La comunidad mágica de aquí no tenía lazos con la británica, lo que significaba que había podido buscar curación para su cuerpo y su mente. En los últimos meses había avanzado mucho, aunque el sanador mental le había declarado incapaz de cuidar de su ahijado durante mucho tiempo.

-Antes de que empieces a enloquecer, bebe esto. Es una Bebida Calmante. No quiero que saques conclusiones antes de saberlo todo-. Tomando el frasco, Sirius lo tragó de un trago, confiando incondicionalmente en su viejo amigo y miembro de la manada.

-Bien. ¿Sabes que este año se celebra el Torneo de los Tres Magos en Hogwarts?-. Al ver que su amigo asentía, Remus se armó de valor y continuó. -Al parecer, el profesor Dumbledore estableció algún tipo de precaución para evitar la participación de alumnos menores de edad. Contra todo pronóstico, Harry fue elegido de todos modos como cuarto campeón, tras lo cual juró su inocencia en el asunto ante todo Hogwarts y sus visitantes. No importaba, estaba atado en un contrato mágico ineludible que terminará cuando se elija un ganador-.

A pesar de la poción Sirius seguía estallando. ¡Su cachorro había sido enviado a la muerte sin importar las precauciones tomadas y nadie podía hacer nada al respecto?! Tenía que volver a Hogwarts. A la mierda los dementores y el Ministerio. Tenía que apoyar al hijo de James y Lily. Se levantó apresuradamente y se encontró con los ojos dorados de Remus.

-Siéntate, Sirius. Aún no te has enterado de todo y no es momento de cometer imprudencias. De todas formas no podrías ayudar a Harry, aunque estuvieras en Hogwarts. Poner tu vida en riesgo no va a ayudar a nadie, ¡y menos a Harry!-.

Tragó saliva. Puede que James y él lideraran la mayoría de las travesuras, pero Remus era el alfa indiscutible de su manada. Su condición de hombre lobo unida a sus conocimientos supremos de muchas ramas de la magia le otorgaban un poder que Sirius no podía negar. Era cierto que Remus nunca les había reprochado en el colegio sus travesuras y mal comportamiento, pero por aquel entonces él aún estaba pasando por su mayoría de edad y tenía miedo de perder a sus únicos amigos. La reprimenda que le habían dado por aquella última broma a Snivellus había sido realmente sobrecogedora. Asintió mansamente a Remus y volvió a sentarse, intentando concentrarse en mantener la calma como le había dicho su sanador mental.

-Parece que después Snape habló con Harry y se tropezó con la tutela de su tía Petunia sobre él. Esto le pareció irregular y preocupante por alguna razón, Harry no dio más detalles, e insistió en realizarle una exploración médica completa. Mantén la boca cerrada si no puedes decirlo educadamente Sirius. Encontró suficiente para impugnar su derecho como tutora legal de Harry y lo adoptó poco después-.

-¡Qué! ¿Por qué Harry aceptó tener a ese baboso y grasiento murciélago de mazmorra como padre adoptivo? ¡James estaría resucitando si supiera esto! Tengo que volver a Inglaterra para reclamar mis derechos como padrino de Harry. ¿Dónde está ese maldito Traslador cuando lo necesito? ¡Sueltame Remus! No puedes decirme que te parece bien que Snivellus críe a Harry-.

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