- Lo siento. - Joel miro a Ellie por el reflejo del espejo ella solo mostraba un rostro con expresión de dolor. - Como te ocurrió esto?. - preguntó mientras limpiaba la herida.
- No estoy segura, creo que caí en alguna parte dura. - Ellie hizo una pausa. - Anneliese me ayudó, de hecho. -
Joel sonrió ante eso, algo que deseaba es que fueran cercanas pues a ambas las veía como hijas y le traía calma que se llevarán mejor.
- En verdad?. -
Ellie asintió.
- Me hubieran matado probablemente. -
- Que dramática, niña - Joel se río.
- Lo digo en serio, tiene habilidades, pero sabiendo quien es su madre, no me sorprende. - se río Ellie junto a Joel.
Aun que hablar del tema realmente le llegaba a doler, también le traia muy buenos recuerdos.
- Crees que su hermano la regañe mucho. - pregunto Ellie inocentemente.
- No estoy seguro, por lo que veo llega a ser muy controlador con ella. -
- Diablos, quisiera ir, ella olvido unas cosas. - Joel la miro confundido, que Ellie tuviera un acercamiento así a alguien era extraño pues solía ser muy desconfiada.
- Qué?. - miro con confusión a Ellie
- Si bueno, ella me ayudó y ni siquiera le agradecí. - se apeno y camino hacia su mochila.
Ellie se había tomado el tiempo de tomar el cómic después de lo sucedido, y tenía pensando prestarle algunos de ella.
- Es esto, puedes dárselo tu. - dijo Ellie ya con vergüenza.
- Oh, no, no, niña, hazlo tu, no tiene nada de malo solo me sorprende que quieras hacerlo. -
- Ahh eso, creo que actúe un poco rara en el inicio pero parece ser amble, creo que confío un poco más en ella. - admitió Ellie.
- Lo es, entonces vamos a entregarselo. -
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- Soy yo Tate. - hablo Joel mientras tocaba la puerta.
No tardó en abrirse y encontrar a Anneliese frente a ellos con una semblante hasta cierto punto enojado y triste al mismo tiempo.
- Joel,....Ellie. - los saludo sin mucha expresión.
Al mencionar el nombre de Ellie su hermano apareció de inmediato, parecía que estaba molesto con la presencia de la chica.
Annie se hizo a un lado dejando entrar a Joel y Ellie.
Tate estaba muy serio, ni siquiera saludo, había un silencio muy incómodo, hasta que Joel decidio interrumpirlo.
