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Anneliese'pvs

Se acercaba uno de mis peores días, y aún no lo sabía, uno que pareciera ser el último alegré.

Podía casi escuchar los latidos de mi corazón, una y otra vez, mi respirar incluso cada vez era más difícil.

Sentía mis manos temblar y mis piernas apenas sostenían mi cuerpo.

Un eco lejano lograba escuchar

- Ellie!. Ellie!. -

Pero mi miraba no enfocaba más que aquel cuerpo lleno de sangre y frío, sin color, sin vida.

Las lágrimas caían sin control por mi rostro mientras me arrodillaba junto al cuerpo inerte. Mis manos temblorosas acariciaban su rostro pálido, buscando desesperadamente algún signo de vida que ya no existía.

El eco de su nombre resonaba en mi mente, pero el mundo se reducía a la pérdida abrumadora frente a mi
Un nudo se formaba en mi garganta, ahogándose con la realidad cruel que había llegado sin previo aviso, incapaz de comprender cómo algo así podía haber sucedido.

Joel, mi compañero de tantas batallas, de tantos momentos compartidos, yacía inmóvil ante mis ojos.

Cerre los ojos con fuerza, como si al hacerlo pudiera deshacer la pesadilla. Pero al abrirlos, la cruda verdad persistía. En ese instante, el futuro se volvía incierto, y el dolor se convertía en una sombra que la acompañaría mucho más allá.

Intentaba decir algo, cualquier palabra que pudiera traer de vuelta la vida que se me escapaba entre los dedos, pero solo el silencio me respondió. Las lágrimas se mezclaban con la sangre en mis manos, creando un simbolismo doloroso.

Con cada latido de mi corazón, el lamento resonaba más fuerte, recordándole la fragilidad de la existencia y la brutalidad de la despedida.

Su rostro, antes lleno de determinación y valentía, ahora reflejaba un profundo vacío. Sus labios entreabiertos, una vez llenos de sabiduría y consejos, ahora no emitían más que un silencio insoportable.

Lo tocaba, desesperadamente buscando algún signo de vida, pero sus extremidades permanecían inertes, frías al contacto.

Las voces de los demás rondaban a mi alrededor, sus palabras tratando de consolarme, pero mis oídos estaban ensordecidos por el eco ensordecedor de mi propia angustia. Sentía cómo mi mundo se desmoronaba a mi alrededor, cómo el peso de la pérdida amenazaba con aplastarme.

¿Cómo podría continuar sin él?

Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas mientras me aferraba a su cuerpo inerte, incapaz de dejarlo ir. Los recuerdos de nuestras aventuras inundaban mi mente, como un cruel recordatorio de lo que se había perdido, cada risa compartida, cada gesto de ternura, cada abrazo reconfortante, se convertían en puñales que perforaban mi pecho una y otra vez.

A medida que el tiempo pasaba, el dolor se transformaba en ira. ¿Cómo podía la vida ser tan injusta? ¿Cómo podía arrebatarnos a aquellos que más amábamos sin piedad ni explicación? Sentía que el fuego de la venganza se encendía en lo más profundo de mí, prometiéndome a mí misma que encontraría al responsable y haría que pagara por lo que había hecho.

Pero entre la ira y la tristeza, también brotaba un sentimiento de determinación. Joel no podía haber perdido la vida en vano.

Era inevitable pensar como la vida se encargó de quitar de mi lado a piezas fundamentales para mi, sin previó aviso.

𝙔𝙤𝙪 - 𝙀𝙡𝙡𝙞𝙚 𝙒𝙞𝙡𝙡𝙞𝙖𝙢𝙨. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora