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Allí me encontraba, de pie frente a la puerta de Cat. Di un par de toques y, en menos de 5 minutos, la puerta se abrió.

— ¡Hola! Pasa —me saludó Cat, abriéndome paso hacia un lado.

— Hola, Cat —la saludé tímidamente. No éramos grandes amigas, pero siempre fue amable conmigo.

— ¿Ya estás lista? —me preguntó, refiriéndose al tatuaje.

— ¿Dolerá? — pregunte

— Para nada, además es pequeño —respondió mientras me indicaba dónde sentarme. Parecía tener todo preparado desde hace tiempo.

No lograba entender por qué Ellie estaba tan extraña. Seguramente tenía algo que ver con Cat, pero ella parecía tan tranquila.

— Entonces, ¿será lo que acordamos? —

— Sí —contesté rápidamente, tomando asiento.

— Se parece a la pulsera de Ellie, ¿se pusieron de acuerdo? —preguntó seriamente.

— Ah, eso. Lo habíamos planeado desde hace tiempo. Ella es aún más decidida que yo. Me decidí hace poco —me reí, pero Cat no pareció encontrarlo tan gracioso. Hubo un incómodo silencio.

— Hablando de ella, ¿cómo está? —pregunto.

— Bien, supongo —respondi.

Mantuvimos un largo momento de silencio mientras ella trabajaba en mi tatuaje, hasta que, de la nada, habló.

— Ellie y yo ya no estamos juntas —dijo de repente. ¿Por qué me lo diría a mitad del tatuaje? ¿Qué debería responder?

— ¿Qué? —pregunté, desconcertada.

— Terminamos bien. Era mejor estar lejos. Ellie todavía está confundida —hizo una pausa y me miró—. Sé que ustedes son cercanas, por eso solo te pido que la cuides.

A sentí lentamente y confundida por eso.

— Lo siento si te incomodé. Ahora no lo entiendes — de repente, su expresión cambió. Ya no estaba seria, ahora solo se reía. Para calmar la situación, hice lo mismo y ella prosiguió con su trabajo.

Ahora todo tenía sentido, eso me quería contar Ellie, y ahora me enteré por quien menos creía.

Ahora todo tenía sentido, eso me quería contar Ellie, y ahora me enteré por quien menos creía

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— Mirá esto, te quedó genial —dijo Ellie mientras admiraba el tatuaje.

Soltando la coleta que había estado tapando mi tatuaje, sonreí por su halago.

— Pensé que iba a doler mucho más —confesé.

Ellie se echó hacia atrás, recostándose en el suelo, y observó la pulsera.

— No tanto, definitivamente vale la pena. Son identicos —respondió ella, notando la similitud de la pulsera y el tatuaje.

Antes de que Ellie pudiera hablar más, la interrumpí emocionada.

𝙔𝙤𝙪 - 𝙀𝙡𝙡𝙞𝙚 𝙒𝙞𝙡𝙡𝙞𝙖𝙢𝙨. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora