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- La puerta está abierta - dijo Ellie, con cierta duda en su voz. Se preguntaba por qué estaba así, pensando que probablemente se les había pasado desapercibido cerrarla. De cualquier manera, decidió que no había problema en entrar.

Sin embargo, la casa estaba vacía.

- Seguramente fueron a visitarlo - asintió Ellie, confirmando sus sospechas.

- Estaré aquí por si necesitan algo - ofreció Dina, mostrando su apoyo.

Ellie comenzó a explorar cada rincón de la casa, aferrándose a cualquier recuerdo que encontraba. En el cuarto de Joel, las cobijas estaban todas desordenadas. Mientras olía algunas chaquetas, tomó una de ellas. Observó las fotos en la mesita, donde encontró una imagen de Annie junto a Joel. Se preguntaba cómo estaría Annie en ese momento.

- Ellie, ¿puedes bajar? - se escuchó una voz desde abajo.

- ¿Está todo bien? - preguntó Ellie, preocupada por el tono de voz.

- Sí, solo ven aquí - respondieron desde abajo.

Sin pensarlo dos veces, Ellie bajó rápidamente y se encontró con María y Tate al lado de Dina. La expresión en el rostro de Tate dejaba claro que algo no iba bien.

María tomó una carta y comenzó a leer en voz alta.

"María, me dirijo a Seattle. No puedo olvidarlo, tengo que hacer justicia. Ellie y Annie intentarán seguirme, detenlas. Quítales las armas, encierra los caballos, mantén a salvo a ambas. Dame tiempo para acabar con esto. Con amor, siempre, Tommy."

- Tommy va a poner en riesgo su vida - exclamó María, lanzando la carta sobre la mesa.

- Debería haber ido con él. Deberías habernos dado un grupo para ir tras ellos - reprochó Ellie, molesta, mirando a su alrededor y dándose cuenta de que faltaba alguien. - ¿Dónde está Anneliese?

- Se fue tras él - respondió Tate, frotándose los ojos con desesperación.

- Maldición, maldición - murmuró Ellie. - Voy a ir.

- Ojalá pudiera... - comenzó María, pero Ellie la interrumpió.

- ¿Vas a encerrarme? - preguntó Ellie, molesta por la idea.

- Preferiría que te quedaras - dijo María.

- Ni lo sueñes.

- Preferiría que te quedaras, pero te conozco - María pausó y miró a Dina. - ¿Tú también irás?

Dina no dudó ni un minuto en asentir.

- No, yo iré - intervino Tate.

- No estás en condiciones, Tate. No podemos arriesgar más vidas - dijo Ellie, refiriéndose a la pierna de Tate. Aunque podía caminar, no podría defenderse adecuadamente ni permanecer de pie durante mucho tiempo.

- No me importa. Mi hermana está allá afuera, sola - Tate gritó, enojado, mientras se levantaba.

- Lo sé, Tate. Mi esposo también está afuera y sé que no puedo ir. Confío en Ellie para encargarse de esto - dijo María.

- No quiero dejarla sola. -

- No estará sola - intervino Dina.

- Ordené al establo que les dieran sus caballos. Lleven municiones - informó María.

- Gracias, María. -

- Solo háganme un favor: tráiganlos de vuelta sanos y salvos. -

Ellie asintió y María no dijo nada más. Podían notar la preocupación en su rostro mientras salía de la casa.

𝙔𝙤𝙪 - 𝙀𝙡𝙡𝙞𝙚 𝙒𝙞𝙡𝙡𝙞𝙖𝙢𝙨. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora