- Jungkook, hijo ¿estas bien? Te he notado extraño estos últimos días, ¿tienes problemas con Hanna? - su madre tenía cara de preocupación pues su hijo se veía ojeroso y en Jungkook era muy raro a no ser que nuevamente el...
- No mamá, estoy bien, es solo que no he dormido mucho estos días, he tenido mucho trabajo - miente pues estos días ni siquiera ha ido a la empresa, se la ha pasado metido en el hospital - Solo debo descansar un poco y estaré mejor
- Bueno trata de descansar, recuerda que no todo es trabajo, debes pensar también en tu salud, estas pálido, debes comer mejor o tus defensas bajaran — la mujer tomo el rostro de su hijo entre sus manos para observarlo mejor — iré a prepararte unas sopa de verduras y me aseguraré de que te comas todo — la mujer se puso de pie, beso la frente de su hijo y fue a la cocina
Jungkook, ahora no tenía cabeza para pensar en el, pues su mente viajaba hasta los recuerdos del hijo de Jimin, el pequeño Jungsuk, era un niño muy lindo, con unos cachetes preciosos y regordetes, una mirada inocente y pura como la de bambi, sus ojos se iluminaban cuando lo miraban y ni siquiera sabía el porque. A él le gustaba pasar tiempo con el niño pues a pesar de que el era pequeño se había hecho muy buenos amigos en poco tiempo, había algo en ese niño que despertaba su lado protector, su lado posesivo, sentía que debía protegerlo, cuidarlos, brindarle seguridad y cariño algo que se le hacía raro pero es que se sentía tan bien cuando tenía al pequeño en sus brazos, será porque ese niño tenía rasgos de Jimin y era su hijo que lo quería cerca, si podía que aquel bebé sea de chico de cabeza azul pero nadie quitaba que Jungkook tuviera ese pequeño cariño por ese bebé, de hecho hasta pensaba que ese niño lo vería como padre en vez de al de cabeza azul.
Pero que cosas se le pasaban por la mente.
Ver a Jimin todos estos días a hecho a su corazón doler un poco, quería acercarse a él un poco más, si su relación había mejorado, ahora ya podían estar cerca el uno al otro por más de 4 horas, eso era un gran progreso, pues de vez en cuando veía sonreír a su rubio, una sonrisa de esas que tanto extrañaba y que nunca pudo olvidar, cada que lo tenía cerca su corazón de aceleraba de manera frenética, deseaba tanto abrazarlo y besarlo, tenerlo entre sus brazos, decirle que lo amaba que no podía olvidarlo, que lo tenía tatuado en el pecho, en su mente en su alma y en su cuerpo.
Aun podía recordar como se sentía su calor, cuando estuvieron enredados en la cama después de hacer el amor, si habían pasado años pero el aun recordaba todo aquello, claro que lo recordaba casi 3 años pasaron pero para Jungkook los recuerdos estaban muy frescos.- ¡Jungkook! - el hombre brinca en el sofa y recién se da cuenta de la presencia de su prometida frente a el - Lo siento, te llamaba pero no hacías caso estabas muy ido
- No te preocupes solo estaba recordando algunas cosas de la empresa que debo solucionar
- ¿Pasa algo malo? - la castaña se sienta a su lado acariciando el cabello de su prometido -
- No, no pasa nada malo, nada que no pueda resolver.
- ¿Seguro?
- Muy seguro - en ese momento Jungsuk pasa por su mente así que decide preguntar a Hanna, esperaba que la chica no se sintiera mal, pero necesitaba saber del Estado del pequeño - Hanna
- Dime, Kook
- ¿Sabes cual es el estado del pequeño Jungsuk?
- Sabes que no puedo darte información de mis pacientes ¿verdad? - la chica sonrie - eso es algo ilegal, pero supongo que nadie se enterara, ni tu le dirás a Jimin
- ¿Es algo malo?
- Jungkook... - no sabía si decir la verdad, ¿era el momento? Podía decirlo ¿o no? Algo en ella gritaba que dijera la verdad, una verdad que a ella no le correspondía decir, pero por lo menos le haría saber del estado del pequeño, era su hijo y tenía que saberlo aunque no conociera toda la historia, Jungkook necesitaba ayudar a su hijo de alguna manera, como económica o como emocional o afectiva. - Jungkook seré honesta contigo....
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AGRIDULCE
FanfictionNo se que sentir en este momento, volver a verlo y saber que es mi nuevo jefe ahora, me cayó como un balde de agua fría. Es aún más guapo que cuando nos dejamos, su porte y elegancia reflejan la autoridad que tiene en su empresa, su mirada es penet...