"𝑁𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑐𝑖𝑎𝑟 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑟𝑐𝑎𝑛𝑐í𝑎"
La mentira mas grande que puede haber dicho, en el momento en que la miro, todo a su alrededor paro. Esos ojos verdes que lo miraban con terror lo habían flechado, era increíble...
Estábamos llegando a casa, estacione mi cadillac y baje. El frío se hizo presente, haciéndome erizar la piel.
Mire fijamente a la morena, quien estaba profundamente dormida en el asiento del copiloto.
—Niña...— Hable gravemente, para ver si se despertaba. —Michelle— Hable un poco más fuerte, pero nada. —Dios, ¿Por qué me haces ésto?— Bufé, al saber que iba a tener que cargarla hasta su habitación.
—Bien niña, aquí vamos— Dije mientras hacía fuerza para levantarla, lo que fácilmente logre concretar.
Con demasiada delicadeza, trate de agarrar las llaves de la casa, las cuáles estaban en mi bolsillo trasero. "¿¡Por qué no las saqué antes?! Que estúpido..." pensé al ver que tendría que hacer equilibrio para no dejar caer a dicha niña.
Con una mano traté de tener a la niña y con la otra agarrar las llaves, no quería tocar la puerta y tener que encontrarme a Ría o Bill, no quería que me vean llegar con ella y me empiezan a bombardear de preguntas.
"Joya" dije para mi mismo al conseguir tomar las llaves de mi bolsillo, las puse en la puerta y con mucha delicadeza abrí esta, tratando de hacer el mínimo ruido. Lo mismo para cerrarla.
—Bien, no hay nadie...— Suspiré tranquilo y camine directo hacía las escaleras.
Subí con un poco de dificultad, porque aunque la morena era un poco muy delgada, pesaba como el mismo infierno y más si estaba dormida...
Finalmente arriba, abrí la puerta de su habitación y la coloque en dicha cama, la cual tenia completamente el olor de ella.
La apoye sobre esta y ella a los segundos se acomodo en una cómoda posición. Suspire con cansancio, pero me quedé unos segundos más admirando los dichos rasgos de la joven.
—Pobre niña, me vas a odiar— Solte con una sonrisa maliciosa.
Me retire de la habitación en total silencio, pero como era de esperarse, me encontré a alguien.
—¿Que hacías ahí, Tom?— Pregunto Bill, curioso y con una sonrisa burlona. —¿No que no te importaba Michelle?— Pregunto, estaba tratando de hacerme enojar.
—No me importa, solo la deje en su cama, porque estaba dormida y tranquilamente puede escaparse— Dije en un tono firme y seguro, Bill asintió en forma de "Mmm, okey..."
—Ya me voy a dormir, mañana tenemos algo muy importante que hacer...— Bostece y me estire, para luego caminar a mi habitación.
"No es nada, no es nadie, solo una niña, una mascota, una muñeca, un juguete..." Me dije para calmar mi mente, de los pensamientos bombardeantes sobre aquella chica.
Cerre mis ojos, logrando por fin caer dormido.
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—Buenas, ¿Cómo van las cosas?— Pregunte a los 4 chicos que tenía al frente, al ver que se estaban preparando para el trabajo de hoy.
—Bien, estamos preparando las armas, balas y los chalecos...— Hablo el ojieazul, con una sonrisa.
—Dennaro...¿El sabe que tenemos problemas con su hijo?— Pregunto Gustav, queriendo saber si dicho "Socio" tenía idea de la situación con su progenitor.
—No sabe nada, eso es mejor, no hay que alertarlo— Hablo Bill, con una cara seria. —Nos estamos adelantando, para que cuando el se enteré, nosotros ya estemos preparados para contratacar.—
—Hay que ser cuidadosos con cada paso, cada palabra y cada movimiento, sabemos que el bebito de papá anda muuuuy cuidado— Dijo el de pelo lacio y ojos verdes, advirtiendo.
Asentí y empeze a ver dicho mapa, el cual logramos robar de las instalaciones de la casa por un infiltrado.
—Es ahora o nunca...— Hable, poniendo mi arma en el medio, haciendo que los otros 4 siguieran mi acción. —Que dios proteja a cualquier hijo de puta que se interponga en nuestro camino— Una sonrisa ladina se mostró en mi boca.
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