PRÓRROGA-PABLO GAVI-PAUSADA/EN EDICIÓN

CAPÍTULO 10: OH NO

MARATÓN DE CAPÍTULOS CORTOS

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VALENTINA

¿Sabéis eso que dicen de que las cosas cuando te van mal no te pueden ir a peor?. 

Pues es todo mentira, claro que pueden, pueden empeorar muchísimo, siempre pueden ir a peor.

¿Que por qué lo digo?, porque pensaba que había adelantado a Pablo por la derecha pero resulta que a Pablo no se le puede adelantar porque Pablo va en un puto Ferrari y siempre va a ir mil millones de pasos por delante de ti.

Por que si, porque es Pablo Martín Páez Gavira, porque tiene dinero, porque es el puñetero mejor mediocampista del mundo y porque simplemente puede hacerlo.

Al principio pensé que se trataría de una simple casualidad, que la casa a la que me había acercado el taxista simplemente se parecía muchísimo a la casa de Gavi.

Luego pensé que la entrada de la casa era demasiado similar a la suya, pero bueno, los ricos siempre se compran estas mierdas de casas prefabricadas que se parecen todas entre si, ¿no?.

Pero luego cuando llegué hasta la puerta de entrada a su casa y me abrió Gavi con un chándal gris y el pelo mojado, me di cuenta de que no eran alucinaciones mías y que efectivamente esta era la casa de Gavi.

También pensé que se trataría de un error, que Gavi no había contratado a la empresa de Ana para que le limpiasen la casa y que él no sabía que vendría yo, pero como no, cuando Gavi me dedicó una sonrisa de suficiencia supe que todo esto había sido intencionado, Gavi lo había hecho a propósito.

–Hola de nuevo preciosa.–Sonrió feliz, casi como si le divirtiese esta situación.

–Ni de coña voy a hacer esto.–Le dije tajante.

–Oh claro que sí.

–No Gavi, no voy a aceptar tu caridad, ¡tu casa ni siquiera está sucia!.

–Sí que lo está.–Se cruza de brazos desafiante.

–No Gavi, he visto tu casa, está impecable.

–¿Estás segura?.–Levanta una ceja a modo inquisitivo.

–¡Por el amor De Dios Gavi esto e ridículo!, ¡Si hasta tienes las sartenes ordenadas por colores!.–Dije exasperada antes de darme media vuelta y empezar a alejarme por el camino de piedra que me guiaba hasta el portón.

–Yo que tu no me iba tan rápido.–Me gritó.

–¡Tarde!.–Grité por igual antes de intentar abrir nuevamente el portón de salida.

–Si te vas, estarías incumpliendo tu contrato y perderías ambos trabajos Val...

No sería capaz...

Me giré hacia él completamente histérica.

–¿Qué has dicho?.

–Lo que has escuchado.

–No estarás hablando en serio...

–Te aseguro que sí.–Dijo serio.

Hijo de P...

–Esto es ridículo.–Empecé a andar hacia el interior de su casa impotente.–Tú eres ridículo Pablo, sobre todo porque ni siquiera tienes la casa suc...–Mis palabras se quedaron atascadas en la garganta.