MARATÓN DE CAPÍTULOS CORTOS
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GAVI
Aunque mi plan estaba funcionando en cierta manera, la verdad es que mi conciencia me estaba advirtiendo de que no estaba haciendo lo correcto, pero durante un par de días estuve justificando mi manera de actuar con Valentina con el sencillo lema de que en este caso en concreto, el fin si justificaba los medios.
Lo importante aquí era que Valentina estaba trabajando para conseguir su objetivo, aunque lo de volvernos más cercanos había sido una posibilidad cada vez más lejana e imposible ya que ella tan solo me veía como un ser despreciable y prácticamente no me dirigía la palabra.
Mucho menos habíamos podido hablar como había planeado, sobre todo porque las tres últimas veces que había intentado acorralarla en mi casa para tener una conversación, esta había puesto música a todo volumen, concretamente canciones de rock y heavy metal que hacían que al acabar el día tuviese unos dolores de cabeza insoportable.
Y para añadirle un poco de vidilla al asunto, encima me había estado fijando más de lo normal en Valentina mientras estaba en la ciudad deportiva, llevaba varios días sin pasarse a almorzar por la cafetería y cuando llegaba a casa a veces escuchaba sus tripas rugir mientras limpiaba, tengo la ligera sospecha de que no está comiendo muy bien...
Aquella tarde decidí irme directo a casa, así llegaría con un poco más de tiempo antes de que ella llegase, recogí rápidamente mis cosas del vestuario y salí escopeteado antes de que alguno de mis compañero se preocupase por mi ausencia, sobre todo Pedri, que no tenía ni idea de que la rubia estaba viniendo a mi casa...
Decidí preparar las mismas tostas que le había hecho la tarde que Ansu nos tuvo que dejar en mi casa, Val llegó a casa cuando había conseguido acabar de montar la mesa.
Cuando la recibí en el interior, no pude evitar fijarme en su rostro ya que lucía más cansada de lo normal.
–Hola.–Le saludé, aunque ella tan solo me dedicó un asentimiento de cabeza.
–Te he preparado algo de comer.–Le dije.
–No tengo hambre.–Aunque su tripa me dio la respuesta contraria.
–Son las tostas que te gustaron aquel día.–Me rasqué la nuca incómodo.
Honestamente no estaba acostumbrado a que me rechazaran, nunca, nada...
–Te dije que no tengo hambre.
–Tu tripa no dice lo mismo Val..., Podrías dejar tu orgullo de lado un segundo y comértelo.
–Prefiero desmayarme que aceptar algo tuyo voluntariamente Gavi.
Sus palabras se clavaron sobre mi como un millón de puñales afilados, Valentina realmente no me soportaba.
Y en cierto modo tenía sentido, había sido un idiota con ella.
VALENTINA
Puede que sí que haya sido muy dura con Gavi, pero que queréis que os diga, se lo merecía, la verdad.
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PRÓRROGA-PABLO GAVI-PAUSADA/EN EDICIÓN
FanfictionEmpecemos por el único lugar por dónde se puede iniciar una historia, el principio: ¿Qué probabilidad hay de que tu amiga la que no ha visto un partido de fútbol en su vida, acabe siendo la Sous Chef del restaurante de Fernando González López, herm...