Capítulo 22: Oceanográfico

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VALENTINA


9:03, Ansu era híper puntual, así que me extrañó que no estuviese ya aquí.

Intenté calmar mis nervios y ansiedad un par de minutos.

9:10, Decido escribirle un mensaje, a lo mejor le ha pasado algo.

Cuando empiezo a teclear en mi móvil, noto una figura en frente de mi.

–Ya te iba a escribir.–Dije mientras guardaba mi móvil en el interior de mi bolso antes de levantar finalmente la mirada hacia Ansu.

Solo que este no era Ansu, claro que no lo era.

–¿Qué haces tú aquí?.–Dije más arisca de lo que pretendía.

–Ansu no va a poder venir.–Gavi estaba delante de mi, demasiado cerca para mi gusto he de decir, llevaba una sudadera negra, un pantalón beige y unas zapatillas con los mismos tonos, unas gafas de sol que de alguna extraña manera resaltaban lo guapo que era.

–¿No podía enviarme un mensaje diciéndomelo?, no hacía falta que vinieras tú a recogerme, podía volver al hotel sola.

–No vamos a volver al hotel Val.

–¿Entonces qué haces tú aquí?.–Jugueteé con mi bolso nerviosa, no me gustaba estar con él.

–Llevarte a disfrutar del oceanográfico.–Sonrió.

–Ni hablar.–Solté justo antes de dar media vuelta y empezar a andar, pero Gavi me sujetó de la mano evitando que pudiera alejarme más de el.

Frené en seco al sentir su mano sobre la mía.

–¿En serio vas a desperdiciar las dos entradas?, a Ansu le ha costado muchísimo conseguirlas...

¿Será verdad?.

–Si no tengo más remedio que ir contigo...

–Te prometo que no voy a molestarte, ni te vas a enterar de que existo.–Juraría que Gavi parecía suplicante de no saber que él no es así, claro.

–Vale, pero con una condición.–Dije, no me puedo creer que esté a punto de aceptar esto.

–La que sea.

Gavi seguía sin soltar mi mano.

–En lugar de ir todos los días a tu casa, iré solo dos veces por semana, y me pagarás lo mismo.–Tenía que aprovecharme de esta situación.

–Tres veces por semana.–Contraatacó.

–Dos, sino, nos vamos al hotel.

–Vale, dos.–Aceptó un poco molesto.

–Si tu casa está que se puede chupar el suelo.–Dije un poco divertida por su expresión de desagrado.

–Pero me gusta que vayas... a dejarla impecable, me refiero.–¿Se había sonrojado?, Nah, imposible, era un ser humano sin corazón ni sentimientos.

–¿Vamos?.–Me preguntó mientras señalaba la entrada.

Asentí mientras soltaba un suspiro, hay que ver en los berenjenales que acabo metida...














GAVI

Ojalá se levantase un día y fuese la persona más fea del mundo, ojalá , por que así al menos sería capaz de apartar los ojos de ella.

Estamos en el mayor acuario de toda Europa, literalmente estamos ante una representación de los ecosistemas marinos más importantes del mundo, pero no soy capaz de ver nada más bello que a ella, no puedo apartar la mirada de ella y de lo fascinada que parece de absolutamente cada cosa.

PRÓRROGA-PABLO GAVI-PAUSADA/EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora