CAPÍTULO 35: CITA

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VALENTINA

Hoy era el partido contra el Atlético de Madrid, me había puesto la camiseta con el dorsal de Gavi, había sido por voluntad propia, pero a Alma le había dicho que había perdido una apuesta con Gavi en casa.

Me sabía mal no poder contárselo a Alma, no había sido una decisión premeditada, más bien un poco forzada a decir verdad.

Mi amiga estaba bastante liada con todo el tema del restaurante, con Fer y con los últimos conflictos que había tenido con el canario, así que tampoco quería agobiarla con estas cosas, al fin y al cabo, ¿Qué somos Gavi y yo exactamente?, ¿Será algo pasajero?, ¿Una anécdota graciosa que contarle a mis nietos, me imagino delante de una chimenea en navidad, rodeada de niños, ¡Eh niños!, sabíais que la abuela tuvo un affair con un famoso futbolista del que estaba pillada en su adolescencia?, supongo que solo lo sabe Dios...

–Así que dentro de dos semanas deberíamos de poder hacer por fin la inauguración.–La última frase que había soltado mi amiga me había hecho volver al presente.

–¿Vendrá tu madre?.–Le pregunté en un intento de parecer que estaba conectada a su conversación todo el rato.

–Lo dudo, aunque tendré que preguntarle conforme se acerque la fecha definitiva...

Asentí como respuesta y centré mi mirada en el campo al ver que los integrantes de ambos equipos empezaban a salir del túnel de vestuario.

En mi móvil saltó una notificación que me apresuré a leer.

''Joder rubia, jamás me cansaré de verte llevando mi camiseta... Esta noche voy a hacerte gritar GOL, y lo que no es Gol también....''.

Reprimí una risita y le busqué entre los chicos en el campo.

No tardé en encontrarlo con su tan característica cara de enfado.

El partido dio comienzo poco después y aunque me cueste admitirlo, sí, Gavi me había hecho gritar Gol, porque había marcado dos goles él solito.

Como siguiera cumpliendo sus promesas de esta noche...

















GAVI

El partido finalizó 3-1, todos y cada uno de mis compañeros me felicitaron por los dos goles que había marcado.
Y sí, me hacía ilusión ser el responsable de que el equipo acabase sumando 3 puntos más y de estar cada vez más cerca de poder ganar la liga.
Pero había un pensamiento rondándome la cabeza durante los últimos 10 minutos del partido: La sorpresa que había organizado para Val.

Me fui a las duchas y al contrario de las veces anteriores, me apresuré para estar listo y no hacer esperar a la rubia.

Me había puesto un pantalón negro ancho, una sudadera del mismo color y una chaqueta roja encima ya que la noche de hoy hacia un poco más de frío que los días anteriores.

Cogí la bolsa que había guardado en mi taquilla antes del partido y salí con ella entre mis manos.

Al llegar al parking Val me esperaba sentada en el interior del coche, estaba sola y concentrada mirando algo en su móvil.
Saqué el mío de mi bolsillo y decidí enviarle un mensaje al ver que no se había percatado de mi presencia.

PRÓRROGA-PABLO GAVI-PAUSADA/EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora