Capítulo 29: Besos

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Ya era viernes por la mañana, abrí los ojos y parpadeé repetidas veces para que la mirada borrosa se dispersara pero los mantuve cerrados unos segundos aumentando mis ganas de quedarme durmiendo pero tenía que ir sí o sí a ese campamento, además con que la directoria en serio me quite mi abdicación del castigo sólo con no ir a una estúpida excursión más que como soy voluntaria tengo que estar involucrada en todo lo que se necesite. Que basura.

—Que estupidez tan innecesaria—me quejé para mí misma.

Me senté en el borde la cama observando los rayos de luz mañaneros a través de la ventana, suspiré y con pesadez me levanté para iniciar de nuevo mi monótona rutina pero el sonido del de la notificación de mensaje hizo que sonriera como estúpida al saber de quién era el mensaje.

"Buongiorno amore mio"

Era un mensaje de César que me hizo sentir tanto con tan pequeño y atento detalle a lo que yo le respondí con un "Buenos días lindo" dudé mucho, pero demasiado en agregar el "lindo" en el mensaje porque realmente aunque no se note-se nota- se me dificulta demostrar cariño y más cuando en verdad quiero hacerlo pero cuando lo hago me siento extraña y ajena a cualquier tipo de sentimiento pero lo mandé así de igual manera porque de cierta manera me genera confianza lo que siento por él. Asimismo la incomodidad conmigo misma poco a poco me empezó a invadir después de enviar eso. Preferí ignorar porque sino lo iba a estar pensando todo el día y posiblemente lo terminaría borrando.

Hice lo que tenía que hacer, desayunar, bañarme y alistarme para ese estúpido campamento. 

Lo más odioso es que tengo que estar antes que los demás estudiantes porque como sabrán soy miembro "voluntario" del grupo de mi año y otros 7 más, es tedioso más que estoy un poco agobiada por el próximo movimiento que tenga Isabela tras la patética amenaza de la foto que si la sabe usar puede que me llegue a salpicar o hasta llegar a hundirme, incluso a César. 

Mientras pensaba los posibles escenarios de como puede accionar la arpía y de como yo podría resolver no me di cuenta que ya estaba llegando al estacionamiento de la Escuela.

Entré con pasos lentos siendo recibida por el espeso silencio de los pasillos y de a la lejanía el sonido del tintineo de las mil llaves del conserje, supongo que ellos son los primeros en llegar a al Escuela. Al cerciorarme dos, tres y hasta cuatro veces que no hubiera nadie saqué un cigarrillo y lo encendí pero para mi sorpresa la primera calada fue interrumpida al escuchar como abrían la puerta y por inercia escondí el cigarrillo y me escondí en la pared de un pasilllo asomándome un poco para ver quién entraba y era César. 

Rápidamente me llené de alivio pero rápido fue reemplazada por la curiosidad al ver su apariencia ya que siempre se ve bien pero ahora se miraba mucho mejor, portaba una vestimenta relajada (algo inusual en él) pero siempre derramando elegancia y un toque de masculinidad que no se ve brusco o molesto, al contrario eso lo hace ver atractivo. Sigo sin creer que durmió en mi casa y nos besamos, también sigo sin creer lo irregulares que se vuelven mis latidos cuando lo veo; en una mano llevaba su clásico café latte fuerte que a pesar de estar a unos cinco metros de él pude sentir el vehemente aroma del café y con su otra mano tecleaba la pantalla de su celular.

Estaba tan absorta viendo los movimientos de César que la vibración de una notificación de un mensaje de mi móvil me hizo volver a la realidad y para mi no tan sorpresa era César, me dio ternura porque a segundos de entrar a la Escuela no dudó en escribirme y era un cálido: 

"¿A qué horas vendrás a la Escuela"

"Espero no te quedes dormida, recuerda que debes estar temprano por ser voluntaria"

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⏰ Última actualización: Jan 20 ⏰

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