Capítulo 14: Revelación

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-No puedo hacer eso-respondió abriendo la puerta de copiloto desde adentro-pero puedo invitarte a las hamburguesas que están por...

-Vamos-entré y cerré la puerta, al entrar evadí su mirada ya que sabía que tenía una sonrisa en su rostro.

Odio ser tan fácil cuando se trata de comida.

-¿Cómo te fue con las tutorías?- preguntó sin despegar su mirada del camino con un semblante serio.

-Pues peor no pudo ser-bufé mirando lo suave que es el asiento, juro que es más suave que mi propia cama.

-Que me alegra de verdad-respondió poniendo música desde su celular, reggeaton, que asco ¿es enserio?-desde ya te digo que estarás con Rin en las tardes hasta que apruebes.

No le respondí sólo me dediqué a observar la carretera tras el vidrio de la ventana.

. . .

Llegamos en tan sólo quince minutos, quince minutos de un silencio incómodo. Cuando aparcó el carro estaba a punto de abrir la puerta de copiloto y por instinto el tomó mi mano.

-No, no, no... Espera.

Quedé quieta viendo cada movimiento de él. Se bajó del auto y le dio vuelta hasta abrir él mi puerta.

-Hoy sí-sonrió al verme salir del auto

-Que caballero-agregué con ironía caminando.

Me causó risa ver un Porsche negro (sino me equivoco un Porsche 718 Cayman) en medio de una tienda de hamburguesas común y corriente, tan contradictorio. Mientras comíamos yo estaba en silencio porque no me gusta hablar mientras comía.

-¿No quieres otra?-preguntó terminado su ensalada, inmediatamente negué con la cabeza.

Es obvio que no me sustenta una hamburguesa.

- Siento que deberías comer más

-Eso hago ¿no ves?- dije limpiando mis manos

-Estás pálida y delgada.

- ¿No sabías?- respondí haciendo puño la basura de la envoltura de la hamburguesa.

- Yo he visto que no te alimentas bien Charlotte- suspiró desganado- Debes alimentarse bien o te enfermerás.

-¿Ya terminaste?- pregunté levantándome sacudiendo las migajas- vámonos que tengo que llegar al trabajo.

-Sí- afirmó cortante pasando a mi lado.

Caminó sin mirarme, sin regañarme y me ha ignorado con una mirada tan fría que sentí el frío que me calaba los huesos o más bien un vacío. ¿Por qué? Pues es como siempre tuvo que ser ¿no? ...¿cierto? Quería su indiferencia, su desinterés... ¿lo habré logrado? Y si lo he logrado por qué no estoy bailando el "lo hicimos" de Dora la explotadora.

Y así llegamos hasta el auto, en silencio todo el camino hasta llegar a mi casa, quitó el seguro bajándose para abrir mi puerta; su mandíbula estaba tensa tanto que creí que explotará.

Su silencio me hizo sentir por primera vez mal hasta cierto punto y no sé porqué me hizo sentir que se me entrujara el corazón al ver como evitaba mi mirada.

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