Capítulo 18: Cute

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—¿Estás celosa?

—¿Por qué lo estaría eh?—en la cama le di la espalda para ignorarlo.

Y así pasaron alrededor de unos minutos y volví a quedar dormida; cuando desperté, noté que todo estaba oscuro, supuse que ya era de noche.

—¿Estás despierta?—preguntó César murmullamdo...  ¿Desde cuando se acostó al otro lado de la cama?

—Tu celular no paraba de sonar

No te escucho

—Casi por una media hora.

Soy de palo

—Por la insistencia se veía que podría ser una emergencia.

Tengo orejas de pescado

—Era del Hospital.

¿¡QUÉ!?

—¿¡AH!?—Exclamé exaltada dándome la vuelta y tenerlo de frente aunque por la oscuridad no veo sus expresiones a lo que agradezco porque así él no ve mi cara horror.

—Sí—afirmó cortante y con una simpleza que no es característica en él—Alguien llamada "Enfermera Lee".

¿Le volvió a doler? ¿habrá recaído? con un día o dos día que voy ya está ocurriendo, es increíble que me esté pasado, me necesita; lo necesito.

—¿Qué sucede Charlotte?

—Nada—respondí indiferente inmediatamente intenté desviar el tema pero era imposible, ¡Imposible! Carajo ahora tenía la mente totalmente el blanco.

—¿Tu abuelo está grave? porque es muy arriesgado ya que él es tu tutor legal y pue...

—Hace cuatro meses tubo un accidente automovilístico— respondí interrumpiendo su parloteo—Y a está ingresado desde ese entonces.

—Oh, ahora entiendo todo—respondió acercándose—esto es malo muy malo Charlotte, porque es tutor legal, tu responsable familiar si no lo tienes presente contigo puede que te lleven a una casa hogar.

—Eso ya lo sé perfectamente, no es necesario que me digas.

—No tienes edad para adquirir un trabajo; trabajas y estudias, no es para nada sano, no deberías cargar con responsabilidades de un adulto—pausó para chasquear la lengua— ¿no hay algún otro familiar que les pueda ayudar?

—No, no hay nadie—respondí tajante, pero quise agregar algo más...— Además ni tu ni nadie hará que deje mis responsabilidades; "Que mi única responsabilidad a mi edad es estudiar", pues no César, conmigo no es así, hay algo que tú no entiendes— bufé realmente molesta, indignada— Tú desde siempre has tenido una vida sin el más mínimo esfuerzo, todo te lo dan en la palma de tu mano; a las personas como tú no les cuesta nada y no saben lo difícil que puede llegar a ser la vida. ¿o me equivoco?, lastimosamente mi vida no es así—tomé aire bruscamente—¡a mi diez dólares me cuestan mucho!. Siempre hemos sido mi abuelo y yo, ahora él está mal y hago lo que puedo, hago todo lo que está a mi alcance y aún así siento que no es suficiente; dos trabajos para pagar los malditos gastos de la casa y para rematar la cuenta del Hospital ¿y aún así crees que el estudio está en primer plano en mi vida? además de que soy una estúpida para el estudio no me da el dinero que necesito—agarré una bocana de aire masajeando mi cien tratando de tranquilzarme porque me di cuenta que todo se está descontrolando—Simplemente no entiendes nada.

—Claro que entiendo

—No, no entiendes nada.

—Se como se siente, cuando quieres ayudar a alguien que amas y por más que hagas lo necesario e imposible te das cuenta que no es suficiente sintiéndote impotente e inútil; sientes que si avanzas un paso para después retroceder dos.

OnerosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora